¡Vuelve a mí!
Como vuelve la noche ceñida a la madrugada
susurrando en su desvelo palabras enamoradas,
con la quietud de la luna al percibir que el alba
está apagando estrellas al llegar temprana.
¡Vuelve a mí!
Como vuelven las olas del mar
a arrullar los sueños de espumas blancas,
sobre areniscas durmientes en vastas playas,
que arropan gaviotas acunando sus alas.
¡Vuelve a mí!
Como vuelve el cauce de un río a su morada.
No importa si es pronto o si es tarde,
¡o si tu alma de tristeza está mojada!
¡o si el viento es frío o si la piel te arde!
¡No importa! ¡Te espero junto al hueco de mi almohada!
.
¡Vuelve a mí!
Trae de vuelta hasta mis ojos tu mirada,
que no es lo mismo estar sin ti, que la distancia,
¡que se me rompen las caricias deshojadas!
y mis labios aún te buscan al despuntar la mañana.
Vuelve a mí.
Que solo siento que he llegado a casa
cuando son tus manos ¡esas manos calmadas!
las que derraman ternura sobre mi espalda,
dibujando anocheceres de esencias calladas
mientras el hambre de tu boca me reclama.
¡Vuelve a mí! ¡Qué mis sueños te llaman!!
¡Qué la vida sin sueños… se apaga!!