Regálame las horas que duermen en tus ojos cuando despierta el alba y el sol hiere la piel.
La tinta de tu hombro mojada de susurros lamiéndome la espalda cuando empieza a amanecer.
Regálame tu boca, vacía de nostalgia y llénala de labios, de lenguas por morder.
La hiedra de tus manos sembrándome en la carne, el fuego y la caricia en mi cuerpo de mujer.
Regálame la curva que aflora de tu vientre y ese jardín de aromas que en ti vuelve a nacer.
Tu tiempo ya sin prisas, el eco de tus sueños, la luz de tus palabras en los pliegues de un papel.
Regálame un te quiero, la flor de tu sonrisa, tu mirada de niño sobre el atardecer.
Regálame el latido que habita entre tus dedos y que se pare el mundo ¡yo me quedo, aquí en tu piel!
La piel amada, el mejor refugio, el más seguro, el más preciado...
ResponderEliminar¡Bello!
Un beso guapísima!
Hasta cuando comentas... ¡¡haces poesía!! Un besazo mi niña
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