Llaman a mi puerta cada día
las esquirlas sombreadas de su boca,
ennegrecen el color de mis pupilas
y se enredan en mi sangre dulce y rota.
¿Cómo hacer para evitar la dentellada?
si mi carne sabe a tierra y a ceniza.
¿cómo hacer para seguir en pie, al alba?
si mis huellas son muñones que mutilan.
Llaman a mi puerta cada día,
las esquirlas sombreadas de su boca.
Afiladas como hojas de cuchillas,
se recrean piel adentro, hora tras hora.
Llaman a mi puerta cada día
entre llagas que no alcanzan a ser costras
y aunque grito, en señal de rebeldía,
ya mi voz lleva el sabor de la derrota.
No hallo luz en los jirones de mi cuerpo.
No hallo modo de salvarme de mi misma
No hallo sombra, ni refugio en el infierno
y ardo toda en esta fosa donde no arraiga la vida.
No se cierran las cavernas a mi paso
en este tiempo detenido y sin saliva,
mientras llaman a mi puerta sin descanso
cada día, cada día ¡cada día!
Ábreme tu ventana y un viento de amor te alcanzará..
ResponderEliminarTu piel será de nuevo fuego ….
y tu cuerpo se iluminara como las estrellas..
Al alba encontraras los sueños del hombre deseado,
ensartados en los dientes de mi boca
y que alejen esas guadañas que te acechan..
Un saludo Rodin
Eliminar"Tiempo detenido y sin saliva" Muy bueno, Ángela. Me ha encantado este poema. Besos
ResponderEliminarGracias Marcos. Un abrazo grande :)
EliminarLa vida contiene más jirones que tersuras pero por ello no vamos a claudicar, al menos yo.
ResponderEliminarBesos de gofio.
Cierto Gloria, cierto... Un beso grande :)
EliminarQué bien se siente volver a sentirse sorprendido en cada visita a tu sitio Ángela.
ResponderEliminarBuen viernes, buen finde, bss.
Y a mi me sienta bien siempre, verte por aquí. Un abrazo grande Char. Feliz semana
EliminarTristísimima y bellíma historia de desamor. Me gustaría saber cuántos poemes de desamor se han escrito en la historia, El tuyo es muy bueno, de corazón.
ResponderEliminarUn saludo
. Son miles las personas que han pasado y siempre se sale
Un abrazo
http://misrelatosyesteblog.blogspot.com.es/
Los que se han escrito y los que aún están por escribir, Sastrecillo... Un abrazo
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