Invencible, altiva, tierna
voraz ¡desmesurada!
Mansamente dulce,
dulcemente enamorada.
Rebelde, terca, intensa,
redonda, apasionada.
Una cuasi bella loca
susurrando en tu cuello
lo mucho que te ama…
Así quiero impregnarme
en tu memoria callada.
Así…
así quisiera quedarme
en la impronta de tus albas.
Recorrer tus almanaques,
todas tus madrugadas
y la niebla de la tarde
con sus sombras alargadas.
Así quiero encontrarte
en todas mis miradas,
en el faro que se adentra
para iluminar las aguas.
En las orillas del parque
con sus farolas cansadas.
En todos mis instantes,
de tormentas y de calmas…
Así quiero entregarme,
así desnuda y clara,
con todas mis heridas
y todas mis batallas.
Con las manos vencidas,
desgarradas y aún alzadas
en pos de un nuevo día,
asomando en la mirada.
Y mis mejillas al viento,
de tiempo iluminadas
y una sonrisa tibia
bailando en la ventana.
Así quiero quedarme,
como una orquídea blanca
al borde de tus ojos
¡besándote en el alma!
Que metáfora mas hermosa nos entregas en tu poesía.. Bravo.
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos..
Bellísimo...
ResponderEliminarMi siempre abrazo, madrileña.