Es inútil intentar caminar hacia fuera. Es inútil. La salida está en el intrínseco laberinto de capilares y lágrimas que ya han empezado a solidificarse bajo la piel …
Aún hace frío en el papel donde se reescriben mis huesos. Hace frío y un aliento gélido amenaza con instalarse en los nudos desaliñados de mi garganta.
No sé si esta piel de mayo sobrevivirá a tanto invierno.
No sé…
Aún no sé muy bien qué hacer con tanto calendario vacío en el armario del pasillo, tan lleno de años demacrados, que se sostienen absurdamente y se yerguen aún, con afilados colmillos.
No sé… Solo sé que hace frío piel adentro entre estas cárceles de niebla. Hace frío en este nicho acristalado en las pupilas, donde ya no alcanza el sol a pintar de luz la primavera.
Ese frío en la sangre, en el alma, ese halo gélido que describes, hay que intentar caldearlo para no helar también el corazón..
ResponderEliminarBello poema.
Un beso.
Pilar