A este sinsabor en la lengua, sabiendo, que la sal y el azúcar de los días, habita dos calles más abajo en cualquier mapa que haga escala en tu sonrisa.
No me resigno a desnudarme a solas. Prefiero que tus manos desabrochen mi ternura y que mi falda, se derrame por los pliegues de tu boca, cuando tu boca anda buscando la mía…
No me resigno a que los días se masturben entre las cuerdas de un violín desafinado cuando aún puedo escuchar la hermosa melodía de tus dedos sobre la piel mis labios acariciándome la vida.
No me resigno…
Melancolía de un amor muy tiernamente expuesto.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por tus palabras. Un beso grande
EliminarYo tampoco me hubiese resignado a no leer esta maravilla, nunca antes había leído una desnudez como la que has ideado en estos versos.
ResponderEliminarBesos con aplausos.
Mil gracias Gloria. Un beso grande
EliminarSigues derrochando sensibilidad en tus poemas.
ResponderEliminarUn placer para el alma.
Saludos desde El Bierzo
Paco, gracias por aclararme las comillas de la "prosa" :) y gracias por tu hermoso comentario. Un beso
EliminarPoesía, "prosa" poética, que mas dá, lo verdaderamente importante, es lo que dices y como lo dices.
ResponderEliminarY tu "prosa"..., derrama sensibilidad.
Lo escribí como me salió en ese instante, sin ninguna otra doblez.
Saludos desde El Bierzo.