A veces, un halo de tristeza
hace guardia en mi ventana.
Dibuja pequeñas lágrimas
al cristal de la mañana
y yo me dejo envolver
en ese traje de nostalgia.
Se opaca el color del cielo,
se esconden las nubes blancas
y tiritan en el aire
un puñado de hojas lacias.
La lluvia me cuenta historias
entre la tierra mojada
y todo me sabe a morriña,
a soledad y añoranza.
Y quiero extender mis brazos
dejar que me empape la vida,
empezar de arriba abajo,
terminar de abajo a arriba.
Charlar con esas palomas
que por la plaza caminan,
acariciar la sonrisa
de esa niña que me mira,
y al tronar de las campanas
bailar hasta que muera el día.
Pero a veces,
a veces siento que me puede,
me invade esta melancolía
y esa mujer del espejo
que con tristeza me mira,
cierra los ojos y espera…
espera,
ver de nuevo mi sonrisa.
Ángela, dulce amiga, yo también espero ver tu sonrisa iluminar el mundo. Espero que la tristeza de tus versos se vaya con el viento y que el nuevo día te traiga toda la felicidad que mereces.
ResponderEliminarTe abrazo fuerte, te deseo una Feliz Navidad llena de amor y sonrisas,
Clara
Cerrar... cerrar los ojos y ver en el espejo ya no mi sonrisa sino la tuya. Porque tu sonrisa es como la sonrisa del mundo, y a veces me gusta regalarme la sonrisa del mundo.
ResponderEliminarAsí que la mujer del espejo (tu espejo y mi espejo debe sonreir mucho más seguido n_n)
Me acostumbro a tu voz n_n ahora sé cómo es tu voz y eso me hace sonreir. Aún cuando no tengo ni un respiro para pagarle el rescate a la tristeza.
He venido hasta aqui, para darte un achuchón de esos, de los nuestros, apretarte las costillas, sin importar mis cervicales y sacarte esa sonrisa que es muy tuya y es de todos, y a escuchar esa voz llena de sentimiento que se viene conmigo, a mis ausencias.
ResponderEliminarUn besote mi madrileña querida y felices fiestas, aunque a veces... a veces...