Amanecen
tus ojos de imprescindibles albas,
despertando
en mis ojos, todas las miradas.
Entre
mis bocas rojas, amanece la escarcha,
cual
dulce amapola en el rubor de la ventana.
Amanecen
tus manos de incandescentes lavas,
desnudando
mi carne sobre la piel de la mañana.
Y amanezco
yo toda, entera y desatada
entre
tus labios rotos, de humedad colmada.
Has
poblado los ríos de mis venas sonrojadas,
has removido
el viento al abrazo de mis ramas
Y en
los bosques mullidos de cortezas calladas,
has
escrito melodías bajo mis lunas blancas.
Has
nombrado mi boca con tu boca plateada
has
rociado fronteras con tus cristalinas aguas.
Y en las
curvas de mi cuerpo has forjado tu morada,
donde
amanece siempre, donde siempre quiero amanecer
sintiendo
como me abrazas.
Se puede sentir perfectamente como él invade todo tu ser y como le amas...bss
ResponderEliminarHas transformado la pasión en palabras. Parece casi música susurrada. me ha encatnado tu poema.
ResponderEliminarUn saludo desde Barcelona.
Amiga querida, que inspirador me resulta volver a leerte! Encanatda con esta poesia que hace suspirar alma y cuerpo, me quedo con esta frase: "Has nombrado mi boca con tu boca plateada/ has rociado fronteras con tus cristalinas aguas." Un resumen ajustado y apasionado del sentimiento que atraviesa toda tu poesia. Que hermoso es sentirse asi! Un abrazo grande.
ResponderEliminarque lindo amanecer.
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