Transcurren los días, la noche (la vida)
como si nada fuese verdad,
como si nada fuese mentira
como si nada fuese…
Como si el tiempo
se hubiese quedado estático
en algún lugar sin tiempo
detenido,
colgado en el tic-tac de la pared
donde me miras, donde te miro.
Pareciese que una película vieja
hubiese engullido los paisajes
y ahora corretean los grises
por todas las callejuelas,
mientras las farolas lucen una mirada triste
y las hojas que nos vieron sonreír
yacen inertes e inanimadas sobre la tierra.
No sé qué pasó…
aún no sé en qué momento
se nos creció el abismo
nos hicimos silencio…
y dejamos que nuestro mundo
se llenase de ruido.
No sé qué pasó…
todo dejó de ser,
dejó de tener sentido
eso… eso que llamábamos amor.
Dejó de ser.
Dejó de fluir. Dejó de latir.
¿Acaso dejó de existir?
No. Solo dejó de ser…
Dejó de ser una pradera extensa donde abrazar el día y reposar la boca, impregnada en caricias.
Dejó de ser una mirada tierna con lágrimas azules que entre las nubes se mecían.
Dejó de ser cómplice, fuego, pasión encendida en la piel de los cuerpos. Dejó de ser río embravecido arrastrando en una hermosa cascada el sentimiento. Dejó de ser…
Y quise llorar pero ya estaba seca.
Y quise morir pero ya estaba muerta.
Y quise gritar pero en mi garganta rota solo encontré el silencio… un silencio gastado, apagado en mi apagada boca…
Dejó de ser.
Y llueve. Ahora llueve tristeza en la piel de mis manos y se me empapa el alma… aún se me empapa el alma cuando nos miramos.
Suele pasar amiga, suele pasar...
ResponderEliminarLindas letras.
En mi blog hay un regalo para mis amigos, me gustaría lo tuvieras.
Abrazos de siempre, madrileña