Dime, amor.
Cómo tengo que decirte…
Cómo tengo que contarte…
Cuántas veces he de amarte y desamarte,
Cuántas veces he de andarte y desandarte
para hacerte comprender, para que entiendas…
para que entiendas que no puedo ya borrarte.
Que te quedaste cosido de piel para dentro,
latiendo en mis labios,
bebiendo en mi aliento,
rozándome el alma a cada momento.
Dime…
¿por qué sigues arañando en tus recuerdos?
¿por qué sigues encerrando el sentimiento?
Si aún me tiemblas en la piel cuando te pienso,
aún inundas la mirada, en cada leve parpadeo
y te haces mar sobre mi espalda
recorriéndome despacio ¡a fuego lento!
Eres brújula en la niebla de mi cuerpo,
eres faro alumbrando mi sendero.
Eres noche constelada, besando lunas y cielos.
¡Eres todo! Eres todo lo que anhelo.
Dime, amor…
cómo puedo hacerte ver ¡cuánto te quiero!
Deja ya de naufragar contra mi pecho.
Deja ya de tropezarte contra el suelo.
Que me dueles y me duele tu dolor.
Que me dueles y me duele tu silencio.
Te haces daga cuando callas.
Herida que desangra el alma
y la vida se me escapa entre los dedos.
Dime ¡ay! ¡dime amor!
cómo puedo hacerte ver ¡cuánto te quiero!
Pero dímelo pronto. Sí… no te demores tanto, no…
que este viejo corazón… se está muriendo.
Hermosas y apasionadas letras. LLenas de sentimiento y buena tinta. Saludos.
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