Como quisiera y ¡cuánto!
cuanto quisiera y ¡cómo!
borrar tus ojos de luna de estos, mis ojos claros,
que parecen dos lagunas contenidas en un llanto,
en un llanto de agua dulce naufragando entre mis labios.
Cómo quisiera ¡cómo!
cuanto quisiera ¡cuánto!
desclavarte de mi pecho donde acampas a destajo,
desdibujando el latido que se crece desbocado,
porque no encuentra el olvido y sin ti no halla descanso.
Como quisiera arrancarte de los surcos de mis manos,
que aún remecen las caricias sobre tu cuerpo exaltado.
Extirparte de mi boca que solo busca tus labios,
para sentir el delirio de dos, que se están amando.
Cómo quisiera y ¡cuánto!
Cuánto quisiera y ¡cómo!
desterrarte en la memoria, arrojarte a los abismos,
dejar de sentir tu sombra en cada rincón donde habito.
Cómo quisiera olvidarte y acallar este gemido
que aún busca poder abrazarte y perderse en tu delirio.
Cómo quisiera ¡cómo!
Cuanto quisiera ¡cuánto!
desandar esos caminos que nos fueron alejando
y ser de nuevo dos niños que se toman de la mano,
para aprender a encontrarse poco a poco, paso a paso.
¡Cómo quisiera olvidarme de lo mucho que te amo!
Exiliarte de mi cuerpo, olvidar que te he perdido,
arrojarme contra el viento y ser lluvia en el camino
¡Como quisiera, cómo! ¡Cuánto quisiera, cuánto!
que al despertar la mañana, tú,
¡aún estuvieses conmigo!
Precioso de verdad. Describes a la perfección un sentimiento que conozco muy bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Dante, lamento que conozcas ese sentimiento...gracias por estar en mis letras y hoy quiero dejarte un abrazo y una sonrisa tierna.
ResponderEliminarQué tengas un lindo día.
Es imposible..todo tiene un proceso y hay que esperar a pasarlo, para bien, para mal, para el recuerdo, para el olvido...es como una enfermedad el amor, hay que pasarla..Ya mismo salgo a vacunarme jeje..
ResponderEliminarMe encanta como siempre, sos la poeta del amor, el exaltado, el correspondido, el complice, y el otro, el espinoso, el desolado, el que deja tanta pena adentro..
Un abrazo guapa.
Simplemente precioso. Has mostrado tus sentimientos en plena lucha y es que, amiga mía, el corazón no entiende de motivos ni de razones.
ResponderEliminarGracias por compartir estos versos.