Ella se dejó caer,
como un águila abatida
en la espesura de un bosque,
golpeándose en la tierra
que un día la viera crecer.
Olvidó que aún podía volar,
se le enturbió la mirada
y cegada por la rabia
llevó su cuerpo hasta el mar.
Ella, se dejó arrancar
su esencia dulce y calmada
su posesión más preciada
su manera de pensar…
y entre filosas espinas
quiso soñar que soñaba
sin saber que sus heridas
la iban a desangrar..
Ella se dejó matar
en cada instante de vida
que se negaba a si misma
por ser parte de alguien más.
Se volvió niebla ¡se sintió nada!
se volvió sombra ¡encarceló su palabra!
La soledad de la aurora se le clavó en la garganta
y con un silencio en el alma, desnuda ya de sus lágrimas
ella…. simplemente, se dejó arrastrar.
Ella...
ResponderEliminarAy amiga de mi alma, cuantas ellas habrán por el mundo, que cansadas de tanto llanto renuncian a sus sueños, sin darse cuenta que soñar es aferrarse a vivir.
Estoy de vuela mi madrileña, te quiero un montonazo.
Miles de achuchones