No desaparezcas…
quédate un poco más,
así,
con tu silencio atado a mi boca.
No te disipes ahora… aún no,
déjame saborear,
contemplarte así,
en este rincón donde se mueren mis horas.
No desaparezcas aún…
que mi piel de cristal
quiere estallar (quebrarse en ti)
entre tus manos rotas.
No dejes que muera tu voz
aún…
sin conocer el sabor
que para ti, guarda mi boca.
Entre mis hojas pálidas aún cruje el silencio de tus palabras, mientras llega el otoño a vestir de tristeza todas mis albas. No te encuentro en la noche. Ya no estás en mis sueños, ni en mis miradas y mis ojos de mar aún lloran tus lágrimas ¡lloran tus lágrimas!
Aún espero tu voz de viento y sol, cada mañana. Un susurro no más, que me cubra de ti mientras me abrazas. Aún se quiebra la luz dibujando tu rostro tras la ventana. Aún me sangra el amor que guardé para ti bajo la piel del alma.
Por eso..
quédate un poco más
no te disipes aún
sobre la lluvia mojada.
Quédate junto a mí,
contemplando el silencio
cada madrugada.
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