Hoy escribo para mi (y para ti)
en este idioma en el que hablan los silencios
porque sé que estás aquí (dentro de mi)
transitando en la locura de los cuerdos.
Hoy escribo para mi (y para ti)
en el lenguaje de la piel y sus anhelos
porque sé que aunque no estás (lates en mi)
dibujando el palpitar que hay en mi pecho.
Hoy yo te escribo una caricia en el papel
para ofrecerte lo más bello de mi verbo,
para que olvides los aromas del ayer
y puedas ver este paisaje que te entrego.
He vestido a la ternura de mujer,
la he cosido mariposas en la espalda
y entre sus alas la he enseñado a renacer
a reinventarse con la luz de una mirada.
He sembrado cada nuevo amanecer
con mil gotas de rocío en las mejillas,
he libado de los pétalos su miel
caminando entre los valles de tu risa.
He pintado de dulzura la pared
con la escarcha de tu boca anochecida,
para ser entre tus labios agua y sed
y que bebas de mi piel todos tus días.
Hoy escribo para ti y para mi,
esta historia que se mece con la brisa
y nos muestra la aventura de sentir
con el pecho abierto ¡colmándonos de vida!
Que belleza madrileña querida, me puedes hacer una cartica de esas a mi, que me devuelva la confianza a veces perdida, y que vea tu querida sonrisa y la palabra que tanto amamos: AMIGA.
ResponderEliminarUn achuchón de esos
Precioso poema querida amiga, y tus rimas son sublimes.
ResponderEliminarMe habría gustado haberlo escrito yo.
Un gran abrazo y mis felicitaciones, desde copenhague,
Ian.
Colmándonos de vida, eso es. Me encanta, Ángela, la anáfora del hoy escribo para mí (y para tí) que es al final de igual a igual para tí y para mí, y como vas desplegando las imágenes y las palabras esenciales en tu verso.
ResponderEliminarGracias por seguir il mío blog. Te sigo yo ya también. Un abrazo
Saludos blogueros