Inexplicablemente añoro
lo dulce de tus labios,
tu mirada de otoño
posada entre mis párpados,
ese breve sonrojo
que asoma ante tus pasos
y lleva hasta mis ojos
la luz de un mar cansado.
Añoro los paisajes
que nunca caminamos,
los charcos de la calle
cogidos de la mano.
Las copas de los árboles
besando el cielo raso
y entre sus ramas ocres,
el encendido ocaso.
Añoro la caricia
meciéndose en tus brazos,
la leve melodía
de un susurro en mi regazo,
el despertar del día
subida a tus zapatos
cosiendo una sonrisa
sobre la piel de tus labios.
Añoro desnudarte,
nombrarte con mis manos
y bautizar tu carne
morena entre mis brazos.
Navegar tu cintura
de sigiloso encanto
y adentrarme entre las brumas
de tu vientre inhabitado.
Añoro respirarte,
ser en ti luna callada,
arroparte cada tarde
¡y ver nacer la madrugada!
Humedecer el rocío
de esa boca que me llama
y en la escarcha de tu beso
ver despuntar el alba.
Inexplicablemente…
te añoro en cada tramo,
en cada recoveco,
te nombro y te reclamo.
Inexplicablemente
¡te añoro entre mis labios!
¡inexplicablemente!
¡mi piel te está añorando!
Qué magia intensa y fina de añorar...es un modo peculiar también de amar.
ResponderEliminarMe encantó Ángela, lindo viernes.
Besos.
This was gorgeous, sensual, sexy... I loved it <3
ResponderEliminarDecididamente pasas a mi lista.
ResponderEliminarA partir de ahora considérame un asiduo de tu blog.
Saludos desde El Bierzo.