Si los cuento,
quizás sean más de mil los desperfectos
que se suman y se restan en mi cuerpo
como ocurre en esos trastos ya algo viejos
que han pasado muchos días, con sus noches,
y han tachado calendarios en el techo,
y han llovido en los otoños
y han llorado en los inviernos
y el estío no calienta ya sus huesos.
Si los cuento
es seguro, que la piel no está al completo,
se cayeron los pedazos de algún sueño,
se cayeron las caricias y aquel beso,
se borró la suavidad de un aleteo
y la herida fue mordiendo
cicatrices ya sin dueño
y la arruga es poseedora
de su tiempo.
Si los cuento,
es posible que aún me ganen
la batalla los silencios,
donde caben unicornios
que aletean bajo el cielo
donde suenan las mareas
con los violines del viento
y un faro se torna estrella
de indescriptibles lienzos…
Si los cuento,
ciertamente somos más
aún siendo menos,
somos más…
los que vamos por la vida sin paraguas
y empapamos de ternura el aguacero
y volamos cada paso
en el ala de un jilguero
y soñamos las miradas
que traspasan el espejo,
somos más,
los que dibujamos manos
para acariciar el verbo,
los que morimos despacio
crucificados al verso,
a ese verso que libera
¡las cárceles de nuestro cuerpo!
Si los cuento…
si contase los momentos
donde importa lo que cuento
tal vez fuese solo un cuenco,
lleno de vacíos llenos,
lleno de verbos y versos,
unos “Versos inconexos”
que han ido tallando en mi pecho
¡la luz de un nuevo universo!
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