Soledad. Al principio y al final… soledad.
Es cierto que me dueles como si fueses mío
como si fueses la piel que cubre mi carne
y sostiene mi cuerpo ¡latido a latido!
Me duele tu voz lejana, su precario sonido,
tu boca indecisa, tus labios dormidos,
tus dedos ausentes en mi torpe delirio.
Estar y no estar. Llorar sin llorar.
Amar sin amar. Los pies en el suelo
sabiendo que nunca podremos volar.
Y te escondes en mí.
Vas dejando señales, de piel para dentro,
para que te encuentre en todo momento.
Te quedas presente entre mis ayeres,
en los almanaques que hay en mis paredes.
Te quedas dormido cerca de mi ombligo,
donde los naufragios no tienen sentido.
Eres laberinto trepando en mi pecho
y quiero descifrarte ¡recorrerte entero!
Pero en este exilio donde ahora habito
no cabe la luna entre mis ojos heridos.
Y aunque todo es distinto y parece distinto,
el miedo, ese miedo tuyo, ese miedo mío…
sigue siendo el mismo.
Soledad. Al principio y al final… eterna soledad.
Bonitos versos, con la soledad al fondo,
ResponderEliminarsoledad tan indeseada y a veces tan buscada.
Saludos desde El Bierzo
Es cierto Salva, a veces tan necesaria y otras veces tan rehuida...Gracias por estar aquí. Un beso :)
EliminarEs cierto Salva, a veces tan necesaria y otras veces tan rehuida...Gracias por estar aquí. Un beso :)
EliminarEs preferible el miedo a "algo determinado" y no el temor a lo desconocido. Justo, siempre justo en el clavo, me gustó.
ResponderEliminar(Lo de "mimada" es x tu rpta al coment del 22/8 "Sucede".)
Buen finde Ángela, bss.
uhmmmm creo que soy más MIMOSA que mimada...jajajaja buen finde mi querido Char. Besos
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