Las palabras, heridas de silencio, no aprenden a construir ninguna senda.
Ávidos de ti, mis latidos escrudiñan los sonidos del tiempo. Este tiempo tuyo y mío que no termina de ser nuestro…
Nunca aprendí a decir sin decir. A escuchar y no oír. A sentir sin sentir.
No termino de aprender a estar contigo, sin ti. A robarle caricias a los verbos ajenos.
A buscar la sonrisa por debajo del viento. A asomarme a los ojos de una luz que no encuentro. A caminar por la inexistencia de los puentes solitarios persiguiendo la lejanía de tu voz atravesando la soldadura del silencio.
Se me hace necesaria tu palabra, tu caricia, tu existencia, tu sonrisa, tu mirada clara… tu voz exacta, sin ambages, sin remaches. Sin la áspera costura que nos deja, el sabor amargo que el silencio cose a través de la distancia.
A.C.A.C
Una bella de escrito, nostalgico o triste, tal vez, pero muy hermoso, llega, sin duda.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Buenos días Suso!! Ya sabes que la tristeza y la nostalgia, van muchas veces de la mano en mis letras... Me alegro un montón de verte por aquí :)
EliminarUn abrazo