Acércate.
Hoy necesito que te acerques y me beses,
que me beses en el alma suavemente,
que te quedes en silencio
mientras la noche se duerme.
Solo acércate.
Que se rompe en mis costillas esta herida,
me desangra el oleaje de la vida
y necesito que me abraces
mientras naufrago en este día.
Solo acércate…
acaricia con tus manos la desidia,
haz que el cielo ya no llore,
haz que vuelva la sonrisa,
haz que olvide un solo instante esta agonía.
¡Solo acércate!
hoy soy líquida tristeza entre las venas,
hoy soy lágrima clavada en la pupila,
hoy soy humo que se mece en las cenizas,
soy la cruz que se descarna, soy la lanza, soy la espina.
Por eso…acércate,
soledad, tú que comprendes mis heridas,
tú que detienes el dolor que me destripa,
tú que sostienes la razón mientras me miras
acércate y ¡abrázame!
que muere al alba ¡y se me quiebra hasta la vida!
Es así...la soledad no es para todos, hay que saber merecerla.(alguien lo dijo y es cierto para mí).
ResponderEliminarErguida mujer, sigue erguida.
Buen domingo Ángela, bss
La soledad es necesaria, aunque no siempre sepamos abrazarla... Erguida, sí y como ahora, con una sonrisa por leerte. Gracias Charly y un beso enorme.
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