Estuve dormitando tanto tiempo….
exiliada en el naufragio de mi misma,
sin poder ¡sin saber beber del viento!
y despertar ¡despertar para volver a sentir vida!
Rugieron las entrañas de la tierra,
mi piel fue deshojándose en la herida,
se tornó la oscuridad cárcel perpetua
de quimeras, esperanzas y sonrisas.
Los pilares de mi mundo se quebraron,
desplomóse ante mis ojos la existencia,
y en mis manos se quedaron los pedazos
del escarnio con su líquida tristeza.
Hiberné en cada tramo de mi carne,
mastiqué sueños ajenos en mis fauces,
caminé como un sonámbulo
extraviado entre las calles,
subsistiendo por instinto el día a día.
Mientras dormía se encogieron las estrellas,
se hizo pequeño el corazón que me albergaba..
enmudecieron las mañanas contemplando la agonía
de verme muerta ¡muerta en vida!
¡atrapada en los confines de la nada!
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