Nos perdimos. Sin apenas darnos cuenta, nos perdimos tantas
cosas… compartir nuestros temores en brazos de la palabra, enredar nuestras
miradas en el beso de una lágrima, dibujar una caricia ante un rotundo fracaso,
izar banderas de risas en los momentos callados...
Nos perdimos… construimos nuestros mundos paralelos, simultáneos.
Caminando, yo en el mío, tú en el tuyo, cada uno por su lado bajo un techo
derruido, un mismo techo quebrado.
Nos perdimos en las horas, en los días, en los años… en la tenue oscuridad de un hogar hecho
pedazos. De un puzle lleno de huecos ¡¡cuántas piezas nos faltaron!!
Fuimos la luz y la sombra, el delirio apasionado, la cara y
la cruz de una rosa, que marchitó entre mis labios. Fuimos tanto ¡tanto tiempo!
Tanto tiempo siendo un todo… que aún no sé… dime tú ¿dónde? dime ¿ dónde nos hemos
quedado?
Se nos fueron las caricias, el atardecer calmado, el saber
pintar un sueño sin el pincel del pasado. Se nos apagó la noche sin una lluvia
de abrazos, sin una boca o un beso o el breve roce de un labio. Se nos
perdieron las ganas de sabernos, de encontrarnos, de descubrir mariposas
aleteando en los párpados. Se nos escapó en la brisa la dulzura de un “te amo”…
Nos perdimos… y en la líquida tristeza de los días, de los
años…se nos olvidó ser verbo, ser ternura entre las manos, se nos olvidó
escuchar las miradas y los labios, se nos olvidó volar…para volver a
encontrarnos.
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