Me enamoro y no,
del verbo tierno que descansa entre tus labios,
del breve sol que va muriendo en el ocaso,
del viento azul que mira al cielo de tus manos.
De esa mirada que me busca en la mañana,
que desayuna en mi café bajo la escarcha
y me sabe a ti hasta en la funda de la almohada.
Me enamoro y no,
de la sonrisa que descansa entre mis hombros,
cuando me enreda la ternura de tus ojos
y se hace piel una caricia sobre el mapa de tu rostro.
Me enamoro y no…
porque tal vez, yo ya no pueda enamorarme,
tal vez ha muerto aquí en mi alma ese paisaje
y solo pueda entre mis letras contemplarle.
Y es que murió dentro de mí el verbo “amarte”
desaprendí a conjugar para olvidarme
de ese dolor que fluye lento por mi sangre.
Estuve ciega caminando entre ideales,
alcé quimeras sobre un castillo de naipes
hasta sentir que todo en mí ¡se hacía aire
Y es que murió la primavera en mis azules,
murió la flor, la risa, el sol, todas las cumbres
Murió el amor que fue una vez…¡hogar y lumbre!
Ahora camino entre las sendas del silencio,
con mil heridas palpitando sobre el pecho
mientras la vida se retrata ya sin velos.
Y a veces duele no sentir ese amor ciego,
a veces duele no perderse en ese fuego
y duele a veces no poder ver su reflejo.
Por eso siento que me enamoro y no…
y es que tal vez, no pueda ya volver a amar
y se quede por siempre mi voz (y mi corazón)
atrapado entre las líneas de algún verso.
Siempre hay un resabio de dolor, pero también sobrevive una gota de amor en el corazón.
ResponderEliminarbss
Lo sé Charly... lo sé. Aquí ya es primavera pero el frío no quiere marcharse... Linda tarde. Besos
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