Recibí tus ojos,
un abril desmayado,
desnutrido de sueños,
despojado de mi.
Era un abril extraño
pues el frío aún lloraba
y los huesos cansados
no podían dormir.
Recibí la ternura
en un racimo de labios
con sabores de luna
y tu aroma gentil.
Floreció entre las sombras
la palabra marchita
y un rubor de amapola
se hizo dueño de mi.
Recibí tu mirada,
sembrada se soles
surcando la nubes
pintadas de añil.
Preñaste mi alma
de bellos colores
y un lienzo en blanco
comenzó a resurgir.
Y mi nombre en tu boca
y tu boca en mi pelo
y mi pelo en el viento
de las noches de abril.
Y tu mano en mi pecho,
y en mi pecho la rosa
y en la rosa mil pétalos
¡queriéndote sentir!
Y un gemido que asoma
sobre el escote abierto,
donde un beso retoma
la tarea de abrir,
el ojal que se adorna
de latidos inquietos,
latidos que te nombran
¡cuando te acercas así!
Recibí de tus ojos
primaveras extrañas,
que van besando la noche,
esta y ¡mil noches de abril!
Abril que siempre está, desaparece y vuelve como las ansias de besar.
ResponderEliminarHermoso? no. Divina, divina forma de hacer soñar.
Lindo jueves Ángela, bsso
Cualquier momento es bueno para permitir que se despierten los sueños... Lindo jueves para ti también. Un beso grande Charly
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