Se me rompió la noche contra los cristales
y una extensa grieta desolló mi piel.
Y tras mis ojos claros de nítidos mares,
una espesa niebla, oscureció mi ser.
Sumergí mi boca en un silencio amargo
y naufragué en las algas de tu boca infiel.
Me hice eterna sombra en un profundo lago
e hibernó el latido que latía ayer.
¡Me rompiste el alma en tres mil pedazos!
yo los fui buscando y los repegué…
pero estoy cosida como un viejo trapo
y de dentro hacia fuera… ¡me rompí otra vez!
Ya no encuentro estrellas cerca de aquel faro
que besó la luna al anochecer.
Ya no brilla el alba cerca de tus labios,
no lamen las olas mis desnudos pies.
Se borró la huella, se hizo breve el paso
y en la tierra estéril, se murió mi piel.
Desértica y yerma se quedó mi mano,
huérfana del aire que acunaba ayer.
En tres mil pedazos se deshilacharon
los momentos bellos, las ganas de ser…
En tres mil pedazos tatuaste a fuego
un dolor que aún quema ¡dentro de la piel!
Ex ce len te.
ResponderEliminarBuen martes, bess