A veces recuerdo aquel tiempo
cuando yo era niña y corría ¡Corría!
Soñaba ser yegua en el viento
galopando libre a lomos del día.
Podía alcanzar las estrellas, no existían peros,
podía ¡podía!
y en mis manos, sujetaba el cielo,
hasta hacerlo beso sobre mis mejillas.
Podía abrazarme a las nubes
y extender mis alas para alzar el vuelo.
Podía vestirme de risas
y esconderme a oscuras sin sentir el miedo.
Podía construir castillos
y ser cualquier cosa en mi rincón de sueños.
Podía pintar arco iris
e inventar colores en paisajes nuevos.
Ahora, las noches son largas
y un caudal de espinas aprieta mi cuello.
La vida… me pesa la vida,
y en mi pecho herido no caben los sueños.
A veces lloran las estrellas
y un nido de nubes se abraza al recuerdo.
A veces, una inmensa tristeza
se agolpa en mis ojos queriendo ser ciegos.
Ahora, los días son jaulas,
cárceles de tiempo ¡cárceles de tiempo!
Y el viento que meció mis aguas
ahora es puro invierno de pálido hielo.
Mis manos quedaron vacías
llenas de silencios ¡malditos silencios!
Y siento que un mar de nostalgia
desborda mi pecho ¡no me cabe dentro!
Te extraño.
Extraño a esa niña que huyó de mi espejo…
Ahora, soy solo una sombra…
un triste reflejo ¡un triste reflejo!
Esa niña no muere, no desaparece, búscala en tu corazón, ese es el escondite del niño que llevamos dentro. Siempre hay lugar para los sueños Ángela...no cierres ese corazón, déjalos entrar.
ResponderEliminarUn beso
Podías.... y podrás, el cielo sigue en el mismo sitio, y hay viento, estrellas.... es cuestión de desplegar de nuevo las alas.
ResponderEliminarbesos
Tus manos no están vacías
ResponderEliminarporque portan la pluma
que da vida a las letras
...¡vida a la poesía!
Mi querida Angelilla, me paso hoy a desearte un feliz día de Reyes y que tus deseos se cumplan, tus sueños se despierten en realidades, tus manos se llenen de alas gigantes, que puedan volar por todos los espacios... por todos los rincones de tu alma.
Un abrazo infinito, ¡cuídate guapa!