Caminaba perdida
a través de la niebla
como una gaviota dormida
sobre sus patas de tela.
Como una muñeca rota,
herida de cremalleras
sin voz, ni palabra, ni boca,
sin ojos, en sus pupilas ciegas.
Se clavó una cruz al cuerpo,
se autoproclamo pequeña,
se borró tras el espejo
y anduvo sin tener pies (anduvo sin dejar huellas)
Se disolvieron sus huesos
a golpe de mano abierta,
su grito se hizo silencio
al final de la escalera.
Cavó con sus propias manos
una fosa bajo tierra
y allí se quedó esperando
¡vivir le daba vergüenza!
Nadie la vio desmembrarse
poco a poco en su tristeza.
Nadie la escuchó quejarse
¡a nadie le importó una mierda!
Estamos tan atareados
lamiendo nuestras miserias
que un número más no importa
un número más no cuenta
¡fue solo otra mujer rota!
¡fue solo otra mujer muerta!
En tus crudas letras fiel reflejo de las que sufren , por culpa de esos locos que presumen de lo que carecen , un beso cordial de tu amigo Ramon.
ResponderEliminarHola de mediodía...
ResponderEliminarMuy triste son tu letras, llenas de sufrimiento.
Si no sueñas, nunca encontrarás lo que hay más allá de tus sueños. Que tengas un lindo domingo y una buena semana.
Un besote
Uffff... Es duro, triste, evocador, pero necesario.
ResponderEliminarEl poema me gusta y la denuncia nunca sobra ni está de más.
Ojalá no hubiera motivos para escribir de estas cosas, pero mientras ocurran son necesarias y tú lo cuentas con sensibilidad y respeto.
Un abrazo.
Es lamentable.Todavía hay mucha injusticia en este mundo.
ResponderEliminarTe mando un beso!
=) HUMO