Páginas
Etiquetas
A todos los que os asomáis a este rincón, gracias. A todos los que compartís un pedazo de tiempo vestido de letras, gracias.
A todos aquellos que aún creen firmemente que la palabra es un alimento para el alma ¡¡gracias!!
"Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio"
Federico García Lorca
"Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil."
Ernesto Sábato
"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes."
John Lennon
"Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino y tu destino será tu vida..."
Gandhi.
MySpace Generators
Caminan conmigo
miércoles, 31 de octubre de 2012
¿Por qué me gritas?
¿Por qué aún me gritas así?
¿Por qué me gritas?
¿por qué me gritas, Amor,
y me asesinas?
Si ya te dije
que olvidé cada verdad,
olvidé cada dolor,
cada mentira.
Te olvidó mi soledad,
este vacío, esta oquedad.
Se olvidó mi corazón
de que existías.
Ya no te quiero conjugar,
ya no te quiero más nombrar.
Y ya no quiero encarcelarme
a tus heridas.
Fuiste un todo y ya no más,
que se quebró como el cristal
y se clavó como una daga
en mis costillas.
.
Yo ya no quiero más llorar,
no quiero ser la tempestad
ni ser en ti,
aquella hembra desmedida.
Ya no te quiero respirar,
entre tus labios naufragar
para sentir
cómo me ahogo cada día.
Date la vuelta y márchate.
Ahora en silencio aléjate.
¿Es que no ves
que el frío cubre mis pupilas?
Ya no me quieras retener.
Ya no me grites, márchate.
Ya no ensordezcas
los rincones de mi vida.
Nunca me viste, ya lo sé
y yo lentamente, me borré,
ahora tan solo
quiero verme cada día.
Quiero esta leve ingravidez,
esta ternura que aparté
y que ahora abraza
suavemente mis heridas.
Quiero estar loca para ser,
la que me habita y no volver
a ser aquella…
¡que en silencio se moría!
lunes, 29 de octubre de 2012
Te fuiste una tarde
Te fuiste una tarde manchada de llanto,
con los ojos huecos y el alma en los pies.
Te fuiste en silencio cual reloj callado
que paró su tiempo y dejó de ser.
Apagaste el cielo de mis ojos claros,
lloré en tus azufres por última vez.
Tu voz inclemente, sobre el frío páramo,
se alejó despacio para no volver.
Inquisidor de sueños, ombligo de Cristo,
¡roedor de almas! ¡cruz sobre la piel!
me quisiste esclava sobre tus latidos,
¡clavaste tu lanza y yo morí de sed!
Lamí los desiertos de tus pies descalzos,
fui nido y almohada al anochecer,
cosí lunas rotas dentro de mis manos
por ver en tus ojos la vida crecer.
Perdida en mis horas pasaron los años,
abismos vacíos de ciegos por qués…
Me enredé en la sombra de un único paso
y se quedó mi huella borrada y sin piel.
Cansada de heridas me amputé los brazos,
calciné la carne, donde te guardé.
Doblé la osamenta cerca del costado
para no sentirte latiendo otra vez.
Te fuiste una tarde, manchada de llanto
con los ojos huecos y el alma en los pies
y aunque regresaste con miel en las manos,
mis huesos cansados ya no saben querer.
domingo, 28 de octubre de 2012
No...
Ya no te nombran mis labios.
Ya no te busca mi voz.
Ya no te escriben mis manos
caricias calladas junto al corazón.
Ya no tiemblan los cristales de la estancia,
ni se encienden las mañanas con rubor.
No amanecen mariposas en el alba
atrapando con sus alas algún rayito de sol.
Se oxidaron las caricias en mis dedos,
lentamente se oxidó mi corazón
y en mi boca, anidó, gris, el invierno,
como un ave desgastada bajo su caparazón.
Se olvidó la primavera de mi pecho,
se olvidó el mar azul de su color,
y la lluvia, se olvidó de alzar el vuelo,
de ser beso en cada beso, de ser pétalo en la flor.
Ya no te nombran mis labios, ya no
Ya no te nombra mi voz.
y la ternura se quebró en mis manos,
junto a aquella lágrima que dejó tu adiós.
sábado, 27 de octubre de 2012
Nos aferramos
Nos aferramos a la vida.
A esas horas tan llenas
de tiempo sin tiempo,
a esas horas vacías.
Nos aferramos,
al deshielo del verbo
en la piel descosida,
a la noche sin sueños,
sobre almohadas teñidas.
Al latido desecho
sobre bocas dormidas
A los ojos sin dueño,
con sus pestañas heridas.
Nos aferramos al aire
que no siempre respira,
que no alcanza a ser aire
en el devenir de los días.
A la soga que acecha
en la sombra escondida,
para estrangular la vela
que aún queda encendida.
Nos aferramos al viento
que llora en los sauces,
anclado al recuerdo
de ayeres que giran.
Nos aferramos al tiempo,
vacío de tiempo,
vacío de vida,
relojes de arena
que avanzan sin rumbo
y sin rumbo…caminan.
Nos aferramos al silencio,
a seguir respirando,
en medio de los huecos,
en medio de los huesos.
Nos aferramos…
viernes, 26 de octubre de 2012
Tercamente
Tercamente,
son tus ojos los que ahondan
en los íntimos rincones
que aún perduran en mi piel.
Tercamente,
por debajo de mis sombras,
vas incendiando de soles
las cenizas del ayer.
Empapelas,
mis paredes con tus labios.
Haces lunas con tu boca
y me vistes de cristal
y te quedas,
enredado en mis tejados
empapando de ternura,
las miradas aún por dar.
Tercamente,
son tus manos mi naufragio
y es tu piel, como la espuma
que se erige sobre el mar
y es tu cuerpo,
ese paso descarnado
que se pierde tras la bruma
¡y que yo anhelo caminar!
Tercamente
te me enredas piel adentro
y se derrama mi deseo
sobre tu vientre de sal.
Me estremeces
y me robas el aliento,
eres la boca y el beso,
eres tú y… ¡quiero más!
miércoles, 24 de octubre de 2012
Cómo olvidar
Cómo olvidar
el sonido de tu voz sobre mi espalda
o la ácida luz del invierno
dibujando un corazón en la ventana.
Cómo olvidar el deshielo,
la ternura recosida entre las sábanas
o ese beso que tus labios escribieron,
mientras yo mordía de tu boca las palabras.
Cómo olvidar el lenguaje de tu cuerpo,
la delicia de tu ombligo en mis mañanas,
el rocío de tu piel, tu aroma fresco,
amaneciendo junto al hilo de la almohada.
Como olvidar de ti, tus ojos bellos,
de otoños recubiertos de hojarasca,
de lunas adueñándose del cielo
dibujándome ternura en la mirada.
Cómo olvidar el eco de tus dedos,
el sabor de tu sonrisa junto al alba,
o ese intenso olor, a café y a deseo,
arañándonos la piel de madrugada.
¿Cómo se olvida la vida?
¿cómo se olvida?
cuando aún me rugen tus latidos en el pecho
¿Cómo se olvida la herida?
¿cómo se olvida?
si tú aún me naces, como el alma, piel adentro.
lunes, 22 de octubre de 2012
Si te mira...
La noche es traviesa si te mira,
si recuerda tu voz sobre mi cuello
y ese leve susurro que encandila
los pasos desnudos del sendero.
El cielo redime tus pupilas
y surca de azules parpadeos
la luz, que poderosa se avecina,
cuando nace la mañana sobre el viento.
Hay nombres escritos en la brisa,
hay nubes que conjugan nuestro verbo,
hay bocas que despiertan siendo risa
porque saben, sin saber, que han sido sueño.
Las horas del reloj no tienen prisa,
detienen sus latidos bajo el techo
con ese tierno aroma de los días
que visten de caricias cada beso.
La noche se hace vida si te mira
y enciende mariposas piel adentro.
No importa, ya no importa, ya no hay prisa.
Ya sé que tú has llegado hasta mi pecho.
domingo, 21 de octubre de 2012
A solas
A solas
Yo quiero quedarme a solas
conmigo en ti… Sí. Contigo.
A solas con esa boca
donde fluye mi delirio.
Quiero derrotar tus horas
siendo piel sobre tu ombligo.
Despojarte de esa ropa,
cruzar la frontera del limbo.
Extender mis alas rotas
y sobrevolar tus lirios.
A solas, desnuda y ronca,
sobre tu cuerpo encendido.
Sí.
Yo quiero quedarme a solas,
ser en ti nocturno río,
ser el musgo, ser la sombra
y que tu piel sea el camino.
Ser luciérnaga o farola,
cuenco de luz en tu nido.
Quiero quedarme en tu boca
con el tiempo detenido.
A solas quiero quedarme
con tu voz en un suspiro.
A solas quiero quedarme,
con mi ternura y contigo.
Es breve
Porque la noche es breve
y el cielo es escaso
y la luz no alcanza a rozar tu pelo…
Porque la piel reclama
y te reclama el labio
y te nombra mi boca en cada beso lento…
Porque no estás y quiero,
porque no estoy y vuelvo,
porque el reloj no importa cuando nos mira el verbo.
Porque la vida tiembla cuando te siento dentro
porque la vida es vida ¡cuando te estoy sintiendo!
viernes, 19 de octubre de 2012
De esa soledad...
Imagen de Harding Meyer
Transito por un tiempo ya sin tiempo,
inmersa en un tropel de soledades.
De esas soledades ya sin dueño
que destiñen de gris, el rubor de la sangre.
De esa soledad que en la mirada
quiere hallar la puerta del destierro,
pues camina y se siente encadenada
al imposible olvido de ayeres en el pecho.
De esa soledad que hay en las ramas
gimiendo vagamente sobre el viento,
que atraviesan la nuez y la garganta
y te desgarran con sus lágrimas de hielo.
De esa soledad que rompe el alma
astillando los latidos junto al pecho,
como herida de la carne desclavada,
que aprendió a gritar en los ecos del silencio.
Camino por un tiempo ya sin tiempo,
inmersa en un tropel de soledades
De esas soledades ya sin dueño
que no cesan… ¡aún no cesan de nombrarte!
jueves, 18 de octubre de 2012
Hoy llueve...
Llueve
y el silencio decora de vacíos
los árboles del parque.
Un mimo sostiene en el aire
sus dedos callados
y en sus mejillas, una lágrima indeleble,
decora la tarde junto al lago.
He perdido la brújula de tus labios,
he perdido,
he perdido la luz de nuestro faro
y en mitad de la tormenta de la vida
he perdido,
he perdido el corazón,
aquel,
que amaneció entre nuestras manos.
Llueve
y las viejas heridas se empapan de nostalgia
mientras desandan lentamente
los pasillos de mi memoria cansada.
Recuerdo que una vez,
el amor dijo mi nombre
y tenía tu voz
y tenía tus ojos de otoños claros.
Recuerdo que una vez te amé
y dije tu nombre
y en mitad de la niebla
nos crecieron bocas como soles
que aprendieron a ser beso mas allá de los labios.
Hoy llueve
y el silencio decora de vacíos
los árboles del parque…
miércoles, 17 de octubre de 2012
Pesa
Todo lo que no encuentro,
pesa en el aire,
tu piel, tus ojos, tu pelo,
esa boca de nadie.
Esas manos sin dedos,
sin estandartes,
un pedacito de cielo
donde empaparme.
Pesan los días dormidos,
la muerte errante.
Las lágrimas llenas de niños
durmiendo en el parque.
Pesan los cuerpos vacíos
mordiendo las calles.
Pesa el desahucio del alma,
al caer la tarde.
Pesa la vida sin vida
y respirar sin aire.
Pesa…
pesa la voz oprimida
tras la barbarie.
Pesa el silencio escondido
y ese miedo insaciable.
Pesan los años heridos
con la niebla en el camino
y un desgarrado latido
llorando sobre la carne.
martes, 16 de octubre de 2012
Todo tú
Todo era distinto,
en tu carne rota,
en tus ojos vivos,
en tu piel sin horas.
Eras como el río
de corrientes hondas,
de parajes nítidos,
de nítidas sombras.
Todo tú y mío.
Todo tú en mi boca.
Todo tú el delirio,
que mi cuerpo arroja.
Eras mar bravío
bebiendo mis olas.
Asombro y destino
de todas mis horas.
Todo tú, latido,
en mis venas roncas,
en mi vientre herido
en mis manos sordas.
Todo tú y mío.
¡Desnudez hermosa!
Todo tú ¡delirio!
¡fuego, luz, antorcha!
lunes, 15 de octubre de 2012
No me basta
No me basta tu boca
para ser palabra.
Ni tus manos redondas
en un batir de alas.
Ni tus párpados rotos,
llorando miradas.
No me bastan tus labios
cerca de mi espalda.
Ni me bastan las horas
que han sido robadas.
Los verbos sin verbo.
La voz sin palabras.
Tu silencio eterno,
tu eterna distancia.
Tu cáliz reseco,
tu saliva cálida.
Tus cristales rotos
en mitad del alma.
No me basta saberte
dentro de una lágrima
o con la aurora abierta
en la piel de mi falda.
No me basta el aliento
de tu boca amarga,
ni el café sediento
que nos respiraba.
No me basta tenerte
cerca de la almohada
sobre las paredes
que abrigan mi alma.
No me basta, no me basta ¡No me basta!
miércoles, 10 de octubre de 2012
Abismo
A veces la vida se mueve en sentido contrario a las agujas del reloj y desandamos a tientas, sobre las heridas del pasado, como si quisiéramos rebuscar entre los escombros el origen del dolor.
No importa lo que hagamos, no importa. No importa cuántas veces volvamos. No podemos modificar ni un ápice de aquellos paisajes que se hicieron añicos. No podemos. Y aunque a veces sintamos que nos ahoga la misma oscura y densa niebla, no es cierto. No es aquella. Es otra. Y nosotros tampoco somos los mismos.
Tú aún me buscas en las raíces de la tierra. Aún quieres extraer de mí la entraña ensangrentada de umbilicales telas. ¿Aún no sabes que he muerto de piel para dentro? ¿Aún no sabes que una vez, morí?
Si quieres buscarme. Si quieres hallarme, mírame. Mírame ahora. He sumado costras y mis ojos de mar parecen una sombra grisácea y abstracta con algún destello de locura. Ya no soy aquella que una vez necesité ser, aunque ni siquiera entonces tú me vieras.
Tú nunca me viste. Te bastaba con saberme cerca. Como una corteza de un árbol perene. Perpetua. Sosteniendo tus idas y venidas. Tus iras contenidas. Tus juicios morales de miradas estrechas y ambiguas. Tal vez por eso no fuiste capaz de verme mientras agonizaba en medio de la nada.
Si quieres hallarme. Si quieres buscarme. Mírame. Mírame ahora. Verás las cicatrices que te nombran. Verás la niebla que ha cubierto mis días y mis horas. Verás que a pesar de estar perdida aún me levanto y camino con las piernas rotas, con la vida rota, con el alma rota ¡camino!
Si quieres mirarme, si quieres hallarme, ven a caminar conmigo, pero deja ya de juzgarme. Deja ya de culparme. Deja ya de querer encontrar en mí, lo que perdí, lo que perdiste, lo que perdimos en aquel abismo.
martes, 9 de octubre de 2012
¿Amor?
Tengo un problema.
Yo antes era capaz,
de escribirle al amor.
Le escribía al amor de cualquier manera.
Al amor propio, al amor filial,
al amor amante de quimeras y rameras
al amor de pecho, destetado con la sal
al amor entrante que se cuela entre la medias
al amor de instantes o al que viste eternidad.
Era capaz de conjugar pluscuamperfectos
del verbo amar sin pestañeos.
A veces incluso,
M asturbaba la frase en
O rgásmicas palabras
R ompiendo los esquemas
R ugiendo con el alba
O ráculos de esperma,
T emblando entre las sábanas
O scuras de la tierra.
Amor, amor, amor…
Hice templos de ternura bajo el sol,
hice labios por nombrarte
en los pétalos dorados de una flor.
Amor, amor, amor…
Pero tengo un problema…
tal vez sea que ha enfermado el corazón
o que ya no caben dentro, por debajo de mi pecho
ni una más de sus mentiras, de sus letras malheridas
y ya no puedo y ya no quiero y ya no siento,
no recuerdo
como escribirle al amor.
lunes, 8 de octubre de 2012
Me perdería...
Me perdería entre tus labios…
me perdería,
en el otoño oscuro de tus ojos pardos,
me perdería,
en el vigor de tu cuerpo,
en la desnudez de tus manos,
en la senda de tu cuello,
en tu vientre desbocado,
en la sombra de tu pecho,
detrás de ese botón cerrado,
que me mira y me provoca
¡que me mira descarado!
Me perdería en ti…
¡me perdería!
en la impronta de tu cuerpo
siendo piel en mi costado,
en las grietas del deseo
trepanando entre mis labios.
Me perdería en tu sed,
en la niebla de tus pasos,
en la curva de tus pies,
entre tus muslos callados.
¡Me perdería en tu piel!
¡me perdería sin dudarlo!
Me perdería para ser,
para saberte, para encontrarte ¡para no volver!
Dejar atrás este invierno largo
y ver de nuevo amanecer.
sábado, 6 de octubre de 2012
Qué importa...
Qué importa si la luna no era llena,
si mis manos y tu piel, no se encontraron.
Si bebieron de otra bocas, nuestras penas
y las flores de la noche, marchitaron.
Qué importa si tus ojos fueron hiedra,
enredándose en la carne de otros labios
o si fueron mis caricias primavera
en el cuerpo de otro cuerpo enamorado.
Lo cierto es que nos vimos piel adentro,
con las tripas de la vida en el regazo.
Nos miramos con los ojos de los ciegos
y un latido se hizo nuestro en el costado.
Y fuimos luz bajo la sombra de un helecho
y fuimos piel sobre el papel de un calendario
y fuimos dos con el delirio sobre el pecho
cabalgando a cielo abierto en los rincones del ocaso.
Qué importa que el amor no tenga nombre,
si ya tu voz se ha conjugado entre mis labios
y no hay vocal que te contenga y te aprisione
y no hay barrotes que detengan nuestros lazos.
viernes, 5 de octubre de 2012
Pesa...
Ya no tengo tus ojos cosidos
al borde de mis lágrimas.
Ya no.
Ya no tiemblan los nidos del alba,
cerca de mi cama.
Ya no hay labios ciñendo el ombligo
cada madrugada
y las manos, llenas de vacíos,
ya no esperan nada.
Es octubre y aún llueve tristeza
en la piel de mis sábanas.
Es octubre y aunque no te has ido,
pesa la distancia.
jueves, 4 de octubre de 2012
Quédate
No es inalcanzable aún,
el tacto herido de tus dedos,
que tantas veces sombrearon de azul
los contornos de mi cuello.
Aún hay tiempo
Aún no he saciado mi boca
del terciopelo blanco de tu sexo.
Aún hay tiempo.
Aún no he contado las horas
que sumó tu cuerpo enredándose en mi cuerpo.
Tú trajiste el deshielo de las sombras
y una flor se abrió en mitad del invierno.
Quédate. Quédate ahora…
quédate ahora que aún hay tiempo
y conclúyeme
dibuja con tu esperma la oquedad de mis dedos
Acógeme
y vuelve a salpicar de piel
la piel oscura de mi sexo.
Quédate,,
salvaje ardor de espino
con hiedra entre los dedos.
Hinca en mí tu cuerpo fieramente
como si yo aún fuese flor
y tú no fueses invierno.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Me saben a ti
He llorado lágrimas de piel sobre el silencio amargo de tus horas y aún así… aún así nunca pude comprender por qué no puedo borrarte de mis labios, de mi boca… de mis labios que aún saben a ti…
Aún saben a ti las miradas,
los otoños cansados.
Saben a ti las palabras,
la hiedra que duerme sobre el tejado.
Me saben a ti las mañanas
los charcos sobre el asfalto.
Los semáforos esdrújulos,
el viento que va silbando,
las farolas silenciosas
las calles rotas de pasos.
Me sabe a ti cada boca
cada beso que he besado.
Eres, estás y me lates
en cada gota de vida
que mi sangre ha palpitado.
Aún saben a ti las caricias
de los cielos estrellados.
Y saben a ti las sonrisas
del café que siempre espera
a la sombra de aquel árbol.
La tierra cuando me mira,
me sabe a ti y a tus manos.
Aún sabe a ti cada brizna
¡del aire que voy respirando!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)