Era una ciudad de tantas, embriagada de luces sobre las ventanas, dibujando puzles extraños en las fachadas mientras el asfalto caía vencido bajo los pies de las farolas blancas..
Se adivinaba el otoño sobre los cristales en aquella tarde tan llena de aromas, de esencias mojadas, mientras la hojarasca tendida sobre la alfombra no dejaba de sonreír mientras nos contemplaba….
Por fin estábamos allí… a medio camino de ningún sitio, en mitad de la nada, con la única finalidad de encontrarnos. Solos tú y yo. Nada más importaba.
Nuestras bocas se movían como diciendo palabras pero eran nuestros ojos los que hablaban. Los tuyos lamiendo mi cuello para morir en mi espalda. Los míos rozando tu boca para morderla con ansía. Con la desnudez en la mirada y la hoguera prendida en cada gota de piel. Tu piel. Mi piel.
Se podía oler el deseo como una extensión del aire, profundo y denso, profanando el pecho estremecido.. Me acerqué a ti. Te pedí silencio y tu boca, muda y cómplice, mordisqueó una sonrisa. Mis manos tallaron tu rostro con milimétrica dulzura. Ese rostro, esos labios…que ahora estaban a un gemido de mi.
Te besé. Te besé como se besan dos labios que nunca se han encontrado pero que fueron hechos para quebrarse en un beso. Te besé suave, te besé dulce, te besé lento. ¡Te besé entero!
Bebí de tu boca, de tu lengua ¡de tu anhelo! y sacié con lujuria la impronta de ese intenso fuego. Te besé, queriendo explorar cada pliegue de tu cuerpo. Contemplar en tu carne la belleza salvaje y desnuda del deseo. Conocer cada historia, cada herida, el tiritar de cada latido en tu pecho.
Te bese. Y te hice mío desde la curva áspera de tu pie descalzo hasta la vocal redonda de tu ombligo. Desde la trémula carne de tu miembro erguido hasta la media luna de tu cuello hundido. Desde la piel oculta de tu muslo herido hasta el lóbulo de tu oreja donde un susurro acompañó a un gemido. Navegué tu espalda, naufragué contigo..
Te besé. Y fuiste mío y mi cuerpo fue tuyo en la impronta del delirio, en aquel lugar del mundo, en mitad de la nada, a medio camino de tu labio y el mío….