“No te salves”. Mario Benedetti.
No te salves.
No me salves.
No sostengas lo insostenible.
No sumes vacíos.
No desandes en las cárceles del tiempo.
No tengas miedo, pero si lo tienes…
no te detengas.
No detengas lo imparable.
No te borres.
No me borres.
No te desangres.
No dejes de mirarte.
No dejes de mirarme.
No te dejes para luego.
No desdibujes tu alma.
No desaparezcas tras la niebla.
No sueltes el extremo de la cuerda.
No cierres los ojos sin haber visto el mar embravecido que habita en mis pupilas.
No apagues tu voz.
No apagues mi voz sin haber escuchado el susurro que te nombra.
No dejes que esa lágrima se acomode en los colchones de tus días.
¡¡No te salves!! ¡¡No me salves!!
¡Dejemos que nos derrote esta ternura que se nos ha clavado en medio de la vida!