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A todos los que os asomáis a este rincón, gracias. A todos los que compartís un pedazo de tiempo vestido de letras, gracias.
A todos aquellos que aún creen firmemente que la palabra es un alimento para el alma ¡¡gracias!!

"Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio"
Federico García Lorca
"Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil."
Ernesto Sábato
"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes."
John Lennon
"Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino y tu destino será tu vida..."
Gandhi.

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Caminan conmigo

lunes, 31 de octubre de 2011

Lágrimas de papel



A veces lloro. Lloro lágrimas espesas de líquida tristeza que se deslizan lentamente por mi espalda. Lloro por ti y por mí. Por ese nosotros que nunca aprendimos a construir a pesar de los años atrapados en algún calendario. A pesar de la vida, de los pasos… no aprendimos… no aprendimos a escucharnos, a encontrarnos… a caminar un mismo sendero tomados de la mano. No… 

Lloro por esa mujer que un día soñó que podía volar tejiendo sueños de esparto entre sus manos. Soñó con ser un poema, una palabra, una letra, en la memoria de unos pocos… de unos tantos. Soñó ser semilla para sembrar de esperanza la tierra adormecida y cubrir de arcoíris los paisajes de su gente, su familia. 

Lloro por ti, por esa sempiterna memoria de fracaso donde levantas tus muros, los más recios, los más altos. Los que aprenden a erigirse en el dolor de aquellos que te han amado tanto. 

Lloro por ella, esa niña mía, esa niña nuestra… que nunca quiso ser y sin embargo es. Lloro por esa niña que se perdió entre la niebla. Dejó su brújula escondida en algún vacío de su vacía maleta. Y no la encuentra…y su mirada escueta se cierne entre las sombras sin alcanzar a mirar más allá… más allá del reloj donde detuvo su tiempo, donde detuvo sus horas… sus horas más negras. 

Lloro por la palabra sesgada. Por el gigante de viento que en sus aspas nos arrastra. Por ese intenso dolor que vistió de grises todas mis mañanas. 

A veces lloro hasta que se duerme entre mis manos la última luz de las calles mojadas. Hasta que mis párpados vencidos se dejan caer en brazos de la madrugada, esa madrugada amable que silenciosa me acuna en sus almohadas blancas. 

A veces… solo a veces… lloro lágrimas sin nombre que al caer sobre el papel se van convirtiendo en palabras…

domingo, 30 de octubre de 2011

Que no te importe



No. Que no te importe.

Que no te importe, mi vida,

si se sonroja la noche

mientras tu boca me mira,

me busca para ser beso

¡para ser beso en la mía!

No.

Que no te importe si el cielo

se despliega en estampida

abriendo su lecho de nubes

con una intensa llovizna

y se empapan nuestros cuerpos

de luz, de sombras ¡de vida!

No

Que no te importe,

si nos abraza la tierra

como hembra florecida

y tiernamente nos besa

entre pétalos de orquídeas,

perfumando nuestra carne

hasta la última orilla.

No.

Que no te importe, mi amor,

si nos sorprenden las albas

desnudando el corazón,

tiritando en las miradas

abrazándose al calor

de dos cuerpos que se claman.

¡No!

Que no te importe ser cuenco

y abarcar todas mis ansías,

que yo seré, en tu desvelo,

la tempestad de tus aguas.

Seremos piel, alma y cuerpo,

deseo encendido en llamas.

¡Que no te importe ser mío!

¡Soy tuya si me reclamas!

No…

no importa donde miremos

siempre nos encontramos

en una simple mirada…

viernes, 28 de octubre de 2011

Bésame si quieres...



Instrucciones previas: Se recomienda leer lentamente… m u y l e n t a m e n t e, susurrándolo en voz baja…



Bésame si quieres.. (yo quiero)

             Bésame despacio…

                          Bésame en la frente

                                       y sigue bajando…


Besa mis mejillas

             sin dejar espacios,

                         llega a la barbilla

                                      ¡qué te está esperando!


Bésame en el cuello,

             besa cada tramo,

                          soy una escalera

                                        ¡peldaño a peldaño!


Ya llega tu boca

              a besar mi oreja

                           y mi piel se yergue

                                          no ¡no te detengas!


Estás en mi espalda

              (y yo estoy temblando)

                            tu lengua me abrasa…

                                           ¡tú sigues besando!


Mis pechos presienten

                 tu tacto mojado,

                            mi piel sonrosada,

                                          ¡se enciende en tus labios!


Me trazas redonda,

              cintura y caderas,

                            llegas al ombligo

                                         ¡y me desesperas!


Sonríes,

             me miras,

                          aún me estás besando.

Sonríes,

            suspiras,

                         ¡y sigues bajando!



Susurro tu nombre en un grito callado

¡no!¡no te detengas! ¡qué me estás matando!



Bésame si quieres…(yo quiero)

            Bésame despacio

                         Sublima mi cuerpo

                                       ¡que por ti está clamando!



Bésame si quieres… (yo quiero)

              ¡Muérdeme en los labios!

                            Bebe de mi boca

                                         ¡no hables más y hazlo!

jueves, 27 de octubre de 2011

No sé que tienen...



No sé que tienen tus ojos… yo no sé..

que se me clavan por dentro.. ¡no sé!

No sé ya cómo mirarte

¡y respirar al mismo tiempo!



Yo solo sé que me pierdo,

me pierdo por encontrarte

susurrando en mi cabello…

¡mujer, déjame besarte!



¡Ay! yo no sé que tienen

esos, tus ojos bellos,

que me acarician el alma

y en mi piel se tornan fuego.



Un fuego que me consume,

desde la falda hasta el pelo,

desde la planta del pie

¡hasta los rizos del cuello!



Un fuego que va vistiendo

mi piel de escarcha y deseo,

por morderte lentamente

todo entero ¡todo entero!



Eres como una tormenta

rugiendo sobre mi cuerpo

sobre esta boca, que hambrienta,

te busca ¡sin miramientos!



Eres como una estampida

justo en mitad de mi pecho,

cuando tus ojos me miran,

yo no sé… ¡yo no sé lo que me has hecho!

miércoles, 26 de octubre de 2011

¡Despójame de tí!




Despójame de ti ¡sal de mi carne!

No quiero ya sentir cómo me ardes.

No quiero que me bullas en la sangre

como un volcán de lava al despertarse.



Despójame de ti.. ¡yo te lo ruego!

No dejes que me siga consumiendo,

no permitas que yo muera en el intento

de borrar de esta mi boca, los besos que en tu boca perecieron…



Despójame de toda mi memoria.

No dejes ni un pedazo de tu cuerpo.

No quiero ni un vestigio de las horas

en las fluías en mí para morir en mi piel ¡rota en deseo!



¡Despójame de ti! ¡dame veneno!

Que no puedo arrancarte de mi pecho

y finge el corazón estar latiendo

cuando lo cierto es que se muere ¡en tu recuerdo!

martes, 25 de octubre de 2011

Te sé...



“En mis labios te sé, te reconozco, y giras y eres y miras incansable y toda tú me suenas dentro del corazón como mi sangre.”

Jaime Sabines



No me preguntes por qué pero te sé… Sé de ti y de tus miedos, de tus íntimos anhelos, de tus noches oscuras clavándose en el lecho, masticando soledades que te angustian y retuercen la osamenta de tu pecho.

Te sé… sé de tus labios pequeños, de tu boca redonda con sus redondos sueños, sé de todas tus caídas, de tus pequeños vuelos. De tus miradas erguidas pintándose en el cielo, lloviendo entre las sombras cuando se acerca el invierno.

Te sé y te percibo en cada pedazo de piel, en cada boca que beso, en cada labio callado donde cuelga la palabra hecha deseo .Te sé en el aire que respiro, en el aliento que me empuja a buscarte en mi recuerdo.

Te sé y te reescribo… en cada vocal que muerdo cuando te nombro y no llegas, cuando me abrazo al vacio de mis noches eternas.

Te sé mío, porque mío naces y mueres (y vives y amas y eres) cuando te pienso.

Te esperaba



Te esperaba.

Cada noche te esperaba

ansiosa por entregarte

mi boca de lunas blancas,

mi cuerpo dulce y amante

mi piel de caricias claras

sobre aquella luz brillante.



Te esperaba

con el arrullo del viento

entre mis labios mojados

y una mirada de besos

sobre mis ojos callados.



Te esperaba dulce, te esperaba tierna.

Te espera toda ¡desnuda y bella!



Bella y desnuda por dentro

bella y desnuda por fuera.

Te esperaba siempre con las manos llenas

de anhelos y sueños, sueños y quimeras.



Pero tú no llegabas ¡Tú nunca llegaste!

Te me hiciste frío al caer la tarde

Te me hiciste invierno sobre los cristales

donde un pétalo herido lloró soledades .



Te esperaba siempre, más nunca llegaste…



Te me hiciste ausencia sangrando en la carne.

Me abracé al destino, me emborraché de mares

y naufrague en los brazos de mil navegantes

solo por beberme el dolor de olvidarte.



Ahora ya no espero ¡por ti ni por nadie!

Ahora ya no muero al caer la tarde.

Ahora solo vivo cada breve instante,

¡y no tengo relojes que quieran buscarte!

domingo, 23 de octubre de 2011

Una simple mirada



Mirarte… mirarte es encontrar caricias meciéndose en el aire. Es contemplar la noche mientras se apagan las calles. Es saber, que este día que entre los labios nos nace, nos sorprenderá a los dos, con un beso dulce, con un beso suave que comienza a caminar despacio dejando que su perfume nos abrace.

Mirarte es recoger del cielo un pedacito de nube, es pintarla de blanco y llover sus azules. Es saber que tu cuerpo es la senda que cubre, es el camino, el arroyo, es la tierra que ruge. ¡El infierno y el cielo que en mis entrañas se funden!

Mirarte es arrojar al viento todos mis anhelos, es susurrar tu nombre, acariciar tus besos, es saber que en tus ojos recomienza la vida, es dejarme llevar y empezar a volar en alas de tu hermosa sonrisa.

Mirarte es encontrar tu boca, dulce y sonrojada, es hallar en tus mares cristalinas aguas, es beber la ternura de tus manos cansadas y dejarme llevar por este amor que me embriaga.

Mirarte es dibujar poemas en la piel de tu espalda, acariciarte todo con una simple mirada. Es desnudar mi carne ¡es denudar mi alma! es entregarme entera ¡en una simple mirada!

sábado, 22 de octubre de 2011

No puedo





No puedo amarte así. No me lo pidas.

Que en mi pecho nacen flores escondidas,

que marchitan al saber

que jamás florecerán en tu sonrisa.



No puedo amarte así…

Si derramo entre mis manos las caricias,

que furtivas te buscan

y no encuentran esa piel que tanto ansían.



No. Así no puedo amarte, no…

Voy hablándole al silencio de mis días.

Le comparto mis temores

mis tristezas y mis risas

mientras tú te haces vacío, humo y ceniza.



No puedo amarte así, sola en la brisa.

Como una hoja de otoño

que marchita deprisa, sin rumbo, perdida

mientras busca tu reflejo en sus pupilas.



No puedo amarte más ¡No me lo pidas!

Que de simple soledad mueren mis días

y mil lágrimas azules acompañan mi agonía

mientras vuelvo a despertar…¡ sola y vacía!

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Locura? ¿temporal?



En ocasiones, amanezco sitiada por un bosque espeso de densa tristeza. Es un lugar áspero, donde la niebla y el frío atenazan la garganta, traspasando las fronteras de la piel. No entra luz. No hay forma de saber dónde está la entrada o la salida…


Camino despacio. Arrastrando los pies. Sé que estoy pisando el suelo aunque no pueda sentir su firmeza o tal vez ande subiendo por la corteza de un viejo árbol cansado, cansado de almacenar nostalgias tras la sombra o tal vez la espesura de la niebla sea tal, que ha adquirido la dureza del terreno y yo ande cabeza abajo sin darme ni cuenta.


Lo cierto es que cuando amanezco así, vestida de gris, no me encuentro. Pierdo la brújula. Me desbarato. Y podría fácilmente empezar a morderme los pies y no ser consciente de que si me devoro a mi misma dejaría de existir, no solo allí (en ese inhóspito lugar) si no también aquí, en este otro paisaje, al que llamamos realidad y aparenta ser algo más amable y llevadero.


Aunque ahora que lo pienso…no es tan amable. No. No lo es en absoluto. Está lleno de mentes profanadas por profundos agujeros oscuros, de túneles inexplorables, irrespirables… en ocasiones hasta puedo percibir el olor de la miseria humana. Es un olor insoportable. Traspasa como una daga. Se infiltra en los sentidos y los sacude. No hablo de la pobreza material que también puede provocar la mal llamada miseria. Hablo de esa MISERIA del alma, de los actos, de las traiciones que va dejando un rastro de muerte y desolación. Muerte de los valores fundamentales de la persona… muerte de la confianza, de la honestidad, de la compasión, de la valentía, de la esperanza, de la libertad, del amor… muerte de ese pedazo de humanidad que nos hace humanos…


Tal vez sea por eso que en ocasiones amanezco sitiada por la tristeza. Gris y desbrujulada… porque no puedo seguir respirando ese aire y prefiero dejarme llevar por la niebla, por esa soledad inocua y necesaria que me permite volver a reencontrarme con mi pedazo de humanidad aunque para ello tenga que andar cabeza abajo y aún no quiera saber dónde está la salida.


Tal vez, si lo intento, pueda redecorar esta niebla. He intentado muchas veces pintar mi realidad de otros colores, de otros olores, pero siempre reaparecen como una mala hierba que crece sin sentido… Sin embargo aquí solo estoy yo y la niebla y la corteza del árbol y la tristeza…aquí todo depende de mí y tal vez pueda transformar este bosque en un lugar cálido donde el viento suene a las cuerdas de un viejo violín y la niebla se amontone y se acurruque en forma de nubecita al pie de mi árbol y entonces deje paso a una pequeña ventana de luz.


Yo me recostaría allí para ver caer la tarde y escuchar los sonidos del silencio, los sonidos de ese viento que aprendió a tocar el violín y escribiría poemas sobre la tierra con una pequeña rama del árbol. Tal vez llorase de una vez todas mis lágrimas para hacer una pequeña laguna en medio del bosque y allí, justo allí llegaría la luna cada noche a susurrarme palabras de amor. Y yo le contaría historias. Le hablaría del mar, del sol, de los amaneceres, del esplendor del cielo cuando despierta sonrojado. Le hablaría de lo hermoso que es extender las manos y encontrar ternura, de la belleza que encierra descubrir, una mirada clara. Le hablaría de la risa de los niños, de su inocencia, de su humildad, de su mágica forma de ver las cosas más sencillas…


Si. Creo que eso haré. Voy a redecorar mi niebla. Y cuando termine, tejeré un vestido blanco con hilos de luna, coseré pequeñas hojas secas incrustadas en la cintura. Pintaré en mis ojos la bravura del mar. Recogeré mi cabello en una espesa trenza adornada con florecillas rojas, tomaré mi ramita de escribir poesías y la usaré de llave para abrir la puerta hacia el otro lado… y una vez allí, comenzaré de nuevo. Si. Comenzaré a redecorar mi realidad vestida de belleza, de ternura, de bondad. Si. Esta vez no permitiré que los olores ensucien mi espacio. Iré escribiendo poesía por los bancos del parque, en las paredes del metro, en las servilletas de un bar. En las fuentes de la plaza, en las farolas rotas, en los escaparates vacíos que me encuentre al pasar. Y hablaré de amor y de caricias. Regalaré sonrisas. Plagiaré a los niños para convertir lo cotidiano en mágico y veré a través de sus ojos la hermosa sencillez de las cosas más pequeñas.

Si. Eso haré. Y tal vez así ya no sienta la necesidad de morderme los pies y empezar a devorarme hasta que no me importe desaparecer. Y tal vez así pueda soportar los olores de la miseria… esa miseria que avanza como una plaga infectándolo todo a mi alrededor.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Muero



Muero en el silencio de tu boca, 
como muere el sol en el ocaso, 
como muere el mar contra las rocas 
cuando extienden sus alas los albatros. 


Muero en el reflejo de tus labios, 
como muere el rocío entre las rosas, 
cuando florece la mañana entre sus tallos 
y una espada de luz me las sonroja. 


Muero en el aliento que me roza 
deshojando mi ternura adormecida. 
Muero en la caricia que provoca 
el delirio de tu piel enardecida. 


Muero de ti

                En ti.

                            En tu regazo.

                                   Donde estalla la locura estremecida.



                                   Muero de ti

                            Por ti.

                 Entre tus manos. 

Donde aletea la belleza de la vida.



Quiero morir.

               Así.

                          Sobre tus labios.

                                   Quiero morir sintiéndote en mi vida.



                                   Quiero vivir.

                           Así.

               Sobre tus labios.

En el paisaje que guardan tus pupilas.



Quiero morir en ti, quiero vivir en ti ¡y ser tu vida!

martes, 18 de octubre de 2011

Tal vez mañana

Tal vez mañana sea libre y no me encadene el recuerdo.
Tal vez no lloren mis labios por no contener tus besos.
Tal vez el viento se calle
y tu nombre se torne silencio
 y pueda por fin olvidarte
¡y  escuchar mi voz de nuevo!

Tal vez mañana sea libre de esta cárcel de deseo.
Tal vez no incites mi carne con un simple pensamiento.
Tal vez las sombras se enciendan
latiendo sobre mi pecho
y en mi piel crezcan las albas
amaneciendo en mi cuerpo.

Mañana, tal vez, mañana.
Hoy  tan solo soy hambre ¡hambre de ti y de tu fuego!
Hoy quiero morder tu boca y beber de tu recuerdo.
Hoy mi piel arde en tu carne cabalgando contra el viento.
No. Hoy no quiero olvidarte…o tal vez quiero y ya no puedo.

Mañana… tal vez mañana,
aprenda a vivir sin ti…
¡sin sentir que estoy muriendo!

lunes, 17 de octubre de 2011

Desde lejos




Desde lejos.
Desde ese lugar extraño
donde se anida el recuerdo,
llegaste para abrazarme
con el alba entre los dedos.

Caminando entre mis ojos,
abriendo en mi mar senderos,
desde lejos, desde dentro,
llegaste para salvarme
de mi misma, de mis miedos.

Y a pesar de los naufragios
escondiéndose en mi pecho,
a pesar de los agravios
de mi voz… de  mis silencios,
tu llegaste… desde lejos
para quedarte en mi sombra
y moldear la luz de nuevo.

Desde siempre… desde lejos,
has perfumado mis labios
con el sabor de tus besos
y has dibujado en mis manos
un pincel con su lienzo.

Ahora llueves en mi carne,
me llueves de piel para dentro.
Me abrazas al caer la tarde
y susurras mi nombre al viento.
Ahora recorres mi sangre,
eres parte de mi cuerpo,
le das cobijo a mi aire
y vas latiéndome en el pecho.

Desde siempre… desde lejos…
te siento tan cerca mía…
¡tan mío te estoy sintiendo!

miércoles, 5 de octubre de 2011

Amaneces




Amanecen tus ojos de imprescindibles albas,
despertando en mis ojos, todas las miradas.
Entre mis bocas rojas, amanece la escarcha,
cual dulce amapola en el rubor de la ventana.

Amanecen tus manos de incandescentes lavas,
desnudando mi carne sobre la piel de la mañana.
Y amanezco yo toda, entera y desatada
entre tus labios rotos, de humedad colmada.

Has poblado los ríos de mis venas sonrojadas,
has removido el viento al abrazo de mis ramas
Y en los bosques mullidos de cortezas calladas,
has escrito melodías bajo mis lunas blancas.

Has nombrado mi boca con tu boca plateada
has rociado fronteras con tus cristalinas aguas.

Y en las curvas de mi cuerpo has forjado tu morada,
donde amanece siempre, donde siempre quiero amanecer
sintiendo como me abrazas.

lunes, 3 de octubre de 2011

Usted me sucede


Me sucede.
Me sucede la vida…
un poco la vida y
un todo de usted

Usted acontece, concurre y sucede, 
recoge mis albas sabor a café.
Empaña cristales donde no hay ventanas,
enciende la noche solo con volver.
Y un cuenco de estrellas florece en mis manos,
cuando en su mirada veo amanecer.

Usted me sucede,
usted y la vida...
en las horas redondas del tic-tac en la pared.

Usted y su sonrisa,
de mares en calma
cautivando ocasos al atardecer.

Usted me sucede como sucede lo hermoso,
el despertar de la brisa vestida de otoño,
de dulces caricias, de lluvia y de ti.

Usted me acontece en mis pequeños momentos,
cabalgando lunas, palabras y sueños
entre las fronteras de un mapa sin fin.

Usted me concurre,  me atrapa en su pecho,
construye castillos con el color del cielo,
pronuncia bajito mi nombre y mi verbo,
me acuna en sus labios y me invita a morir.

Usted… y la vida… ¡me están sucediendo!
¡qué bello es tenerte! ¡sentirte latir!
Robarte aquel beso que estalla en el viento
¡qué bello es saberte antes de partir!

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