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A todos los que os asomáis a este rincón, gracias. A todos los que compartís un pedazo de tiempo vestido de letras, gracias.
A todos aquellos que aún creen firmemente que la palabra es un alimento para el alma ¡¡gracias!!

"Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio"
Federico García Lorca
"Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil."
Ernesto Sábato
"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes."
John Lennon
"Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino y tu destino será tu vida..."
Gandhi.

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Caminan conmigo

viernes, 30 de diciembre de 2011

Quiero amarte









Quiero amarte…sí, amarte

Aprenderte en los ayeres recorridos,

descubrirte en cada invierno,

abrigarte de tus fríos

y dejarte florecer junto a mis lirios.



Quiero escuchar de tu voz cada sonido,

cada palabra que callaste,

cada verbo no nacido

cada silencio que atrapaste

en el vaivén de tus latidos.



Quiero amarte, sí… quiero amarte,

susurrarte mil palabras al oído

mientras cantan las calandrias

y se duerme la hojarasca entre sus nidos

y el aliento de tu boca

se hace beso entre los labios de un suspiro.



Quiero amarte…sí ¡amarte!

Dejar libre este volcán ¡este extravío!

que desgarra mis entrañas

y desgrana mis sentidos

hasta hacerme enloquecer

por querer sentirte en mi… ¡sentirte mío!



Quiero amarte ¡sí! quiero amarte

Quiero colmar todas tus bocas de gemidos,

moldearte con mi lengua,

hacerte rozar el abismo

y llevarte entre mis manos

hasta el borde del delirio.





Quiero amar todos tus miedos,

tus recuerdos, tus olvidos.

Detener el mundo aquí,

junto a este cielo anochecido

y piel adentro caminar…

caminar hasta sentir

que tus ojos en mis ojos

¡se abren camino!

jueves, 29 de diciembre de 2011

Cuando no me ves




Cuando no me ves, te miro.

Te miro atardecer

sobre las copas de los árboles

que parecen inclinarse para beber

con ternura las aguas del río.



Te miro en la penumbra

de estos ojos míos,

intentando ocultar el fuego

que me dejaste prendido

aquella tarde de otoño

cuando tu labio y el mío

respiraron la caricia

de convertirse en un beso

hasta entonces dormido.



Te miro tras la niebla

disfrazada de olvido

para que no me muerda en el pecho,

la impronta de un latido.



Te miro y por mirarte

estalla el sol bajo los lirios,

donde se mecen los instantes

que fueron tuyos, que fueron míos…

esos momentos sin nombre,

con el reloj detenido

y una caricia interminable

dibujando las paredes de tu cuerpo

¡de tu cuerpo junto al mío!



Y es que no puedo evitarlo (no quiero)

no quiero dejar de mirarte (no puedo)

no puedo saciar este hambre

de ser en tus manos la flor que se abre…

Y es que no puedo evitarlo (no quiero)

no quiero dejar de pensarte (no puedo)

no puede olvidarte mi carne,

mi labios de fuego que aún quieren besarte…



Cuando no me ves…

en el silencio de mis noches sin brillo,

aún te miro y solo por mirarte

¡vuelvo a sentir que eres mío!

martes, 27 de diciembre de 2011

Llévame contigo




Llévame contigo… llévame.

Haz que vuelva a mi vida el sonido

de una flor que amanece embriagada de albas,

envuelta de luz y gotas de rocío,

envuelta de ti al llegar la mañana.



Llévame hasta tus labios… llévame.

Haz que el viento se pare en tu boca

dibujando noches en la piel del lecho

mientras las estrellas encienden farolas

sobre los tejados que miran al cielo.



Llévame hasta tus manos… llévame.

Haz que el mapa se rompa en pedazos,

que lluevan caricias sobre nuestros cuerpos,

que retoce el beso sobre nuestros labios



mientras que tu aliento se adentra en mi aliento.



Llévame a tu lado… llévame

Hazme parte de todas tus horas,

de cada minuto que llenas de tiempo,

de cada palabra que vistes de sombras,

de cada silencio…¡hazme tu silencio!



Llévame hasta tu cuerpo ¡Llévame!

Quiero ser tempestad en tu carne,

liberar el deseo de `poder amarte

y volver a ser hembra dulce y delirante...

Llévame contigo. Llévame..



Llévame hasta tu boca

que quiero ser tuya.

Quiero pronunciarte

en todas mis lunas.

Dibujar con mi lengua

acordes de ternura

y saciar este hambre

¡de tu piel desnuda!

¡¡Llévame contigo!! ¡Llévame!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Pronúnciame






Pronúnciame.

Pronúnciame despacio con el murmullo de la tarde,

cuando el cielo se incline para besar el ocaso

y las nubes sonrojadas extiendan sus manos

para rozar las laderas de tu aliento en mis labios…



Pronúnciame entera.

Como si despojases mi carne

con tu boca de leña

para saciar ese hambre,

para prenderla de hogueras.



Pronúnciame toda.

Hazme desnudez ¡hazme belleza!

como si fuese mi piel pequeña ola

sobre el mar de tu cuerpo y sus mareas.



Pronúnciame lenta.

Báñame con el sol de tus labios,

bordea mis aristas con tu lengua,

derrite este invierno que habita entre mis manos

que en ti yo quiero ser la primavera.



Pronúnciame.

Pronúnciame de a poco

paladeando cada letra,

moldeando los rincones

de esta, mi cintura escueta.



Quiero escucharme en tu boca

y verme nacer en tu piel,

sentir cómo tu voz me roza

y se hace caricia en mi cuerpo de mujer.



¡Pronúnciame entera!

¡Pronúnciame toda!

¡Pronúnciame lenta!

¡Pronúnciame!

Que quiero ser en ti, lenguaje,

y en ti quiero florecer.

Mientras me miras








Cada noche, mientras tirita el frío en el cristal de la ventana, tu nombre viene a buscarme, merodea en mis labios como un dulce murmullo y yo solo tengo que cerrar los ojos, para sentirte cerca, para escuchar el sonido de tu pecho mientras respiras y sentir como alcanzas a abrazarme… mientras me miras. 


No es suficiente. Lo sabes, lo sé. No me basta con pensarte. No me basta. Y quisiera recorrer todas tus almas. Extender las manos y rozar tu cara, tus mejillas, dibujar en tu rostro una leve caricia y sonreír contigo en todas tus sonrisas. Quisiera tatuarte en mi memoria cansada y conocer cada historia, conocer cada herida, cada lágrima que ha sabido del color de tus pupilas. Conocer cada pedazo de ti… mientras me miras. 


No es suficiente con saberte al otro lado de la noche con una vela encendida en mitad de la nada. No es suficiente. Tú lo sabes. Yo lo sé. Pero sigo caminando entre las piedras dormidas, entre los bancos del parque con sus farolas erguidas. Con esos pequeños árboles que alzan sus ramas al viento para poder sentir la brisa. 


Y mientras, yo sigo haciendo camino, sin apenas darme cuenta de que el tiempo se me escapa en un reloj que tiene prisa… y no es suficiente pensarte…pensar que eres parte de mi vida. Imaginar que me desnudas cuando se despierta el día y navegas por mi espalda con tu boca enardecida y lentamente me envuelves con ese mar de caricias, cuerpo a cuerpo, piel con piel ¡mientras tus ojos me miran! 


Mientras me miras…mi mundo se va transformando al borde de tus pupilas y voy recogiendo amapolas en este desierto de risas y voy sembrando mil lunas en todas nuestras esquinas y voy bebiendo la lluvia… esta lluvia que me empapa en mis noches, en mis días. Que me está empapando el alma, que me empapa hasta la vida al recordar… que no es suficiente saberte caminando entre la niebla de mis días. Quiero sentirte en mi piel, sentirte dentro de mí ¡mientras me miras!

martes, 20 de diciembre de 2011

Dime, amor








Dime, amor.

Cómo tengo que decirte…

Cómo tengo que contarte…

Cuántas veces he de amarte y desamarte,

Cuántas veces he de andarte y desandarte

para hacerte comprender, para que entiendas…

para que entiendas que no puedo ya borrarte.

Que te quedaste cosido de piel para dentro,

latiendo en mis labios,

bebiendo en mi aliento,

rozándome el alma a cada momento.



Dime…

¿por qué sigues arañando en tus recuerdos?

¿por qué sigues encerrando el sentimiento?

Si aún me tiemblas en la piel cuando te pienso,

aún inundas la mirada, en cada leve parpadeo

y te haces mar sobre mi espalda

recorriéndome despacio ¡a fuego lento!



Eres brújula en la niebla de mi cuerpo,

eres faro alumbrando mi sendero.

Eres noche constelada, besando lunas y cielos.

¡Eres todo! Eres todo lo que anhelo.

Dime, amor…

cómo puedo hacerte ver ¡cuánto te quiero!



Deja ya de naufragar contra mi pecho.

Deja ya de tropezarte contra el suelo.

Que me dueles y me duele tu dolor.

Que me dueles y me duele tu silencio.

Te haces daga cuando callas.

Herida que desangra el alma

y la vida se me escapa entre los dedos.



Dime ¡ay! ¡dime amor!

cómo puedo hacerte ver ¡cuánto te quiero!

Pero dímelo pronto. Sí… no te demores tanto, no…

que este viejo corazón… se está muriendo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Te enredaste en mi








Te enredaste en mi.

Si.

Como se enreda en el viento

los campos de trigo.

Como se enreda en la noche

el ocaso rendido.



Como se enreda la piel

al borde del abismo,

ese abismo de fuego

y deseo encendido.



Si.

Te enredaste en mi

Como se enreda en el aire

la esquina de un beso

y respira un gemido

de un único aliento

y se buscan los labios

temblorosos y hambrientos.



¡Sí! ¡Te enredaste en mí!



Y tu boca se hizo boca

en la desnudez de mi cuerpo

y mi cuerpo se hizo cuerpo

en la ternura de tus dedos

y tus manos fueron olas

orillándose en mi pecho

y en tus ojos, horizontes,

¡pintados de mar y de cielo!



Te enredaste en mi.

Te me quedaste latiendo

de piel para dentro.

Donde late lo hermoso,

donde habita lo bello,

donde solo perdura

lo que no borra el tiempo

con esa huella indeleble

que el amor deja en los huesos.



Te enredaste en mi…

y en mí te quedaste

susurrando entre mis días,

dormitando en mis cabellos

y al abrazo de la brisa, te quedaste,

para acariciarme el alma

allí… donde no transcurre el tiempo.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Qué llega




Qué llega… ya llega la noche,

ya llega la sombra vestida de ti.

Me abraza entre sus ojos grandes

me mira callada en su pupila gris.



Y llegan cuerdas de violines

a arañar la verja del mustio jardín

vomitando, entre pétalos marchitos

que olvidaron que eran rosas, olvidaron sonreír.



Qué llega… ya llega la noche

llega entre tinieblas que me hablan de ti.

Las nubes te lloran y el cielo…

el cielo se rompe y empieza a rugir.



Jirones de tristeza líquida

embriagando el alma que te vio partir.

Pedazos de tiempo sin tiempo,

relojes de arena que no tienen fin.



Y me miran todas tus miradas,

todas tus palabras vuelven hasta mi.

Recojo en silencio las albas

rodando entre lágrimas ¡gotas de marfil!



Qué llega…¡ya llega la noche!

y el dolor me abraza…

¡tú no estás aquí!

viernes, 16 de diciembre de 2011

Dejó de ser









Transcurren los días, la noche (la vida)

como si nada fuese verdad,

como si nada fuese mentira

como si nada fuese…

Como si el tiempo

se hubiese quedado estático

en algún lugar sin tiempo

detenido,

colgado en el tic-tac de la pared

donde me miras, donde te miro.



Pareciese que una película vieja

hubiese engullido los paisajes

y ahora corretean los grises

por todas las callejuelas,

mientras las farolas lucen una mirada triste

y las hojas que nos vieron sonreír

yacen inertes e inanimadas sobre la tierra.



No sé qué pasó…

aún no sé en qué momento

se nos creció el abismo

nos hicimos silencio…

y dejamos que nuestro mundo

se llenase de ruido.

No sé qué pasó…

todo dejó de ser,

dejó de tener sentido

eso… eso que llamábamos amor.

Dejó de ser.

Dejó de fluir. Dejó de latir.

¿Acaso dejó de existir?

No. Solo dejó de ser…

Dejó de ser una pradera extensa donde abrazar el día y reposar la boca, impregnada en caricias.

Dejó de ser una mirada tierna con lágrimas azules que entre las nubes se mecían.

Dejó de ser cómplice, fuego, pasión encendida en la piel de los cuerpos. Dejó de ser río embravecido arrastrando en una hermosa cascada el sentimiento. Dejó de ser…

Y quise llorar pero ya estaba seca.

Y quise morir pero ya estaba muerta.

Y quise gritar pero en mi garganta rota solo encontré el silencio… un silencio gastado, apagado en mi apagada boca…

Dejó de ser.

Y llueve. Ahora llueve tristeza en la piel de mis manos y se me empapa el alma… aún se me empapa el alma cuando nos miramos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Bajo el sol de Abril



Era primavera de un invierno errante

que dejó entre hielos mi cuerpo febril.

Y en la tumba fría de tu boca amable

enterré mis labios bajo el sol de abril.



Tus ojos dos cruces, mirando distantes,

clavándose dentro, muy dentro de mí.

Tus manos cortezas de elevados árboles

despertando en mi carne esta sed por ti…



Tu pelo enroscado en estrellas fugaces

y en tus labios mi vientre de blanco marfil.

Adoré tu cuerpo aquella noche frágil

¡te hice mi trinchera sobre tierra hostil!



Me olvidé de ayeres heridos de niebla,

de sombras oscuras, pintadas de gris.

Me olvidé del tiempo, líquidas tristezas

manando en mis ojos de coral añil.



Tu sembraste flores, valles y praderas

tizas de colores sobre el pizarrín.

Tú me alzaste puentes y mil escaleras

en aquel laberinto donde me perdí.



Quédate conmigo, quédate a mi lado

en este susurro que nace por ti,

en esta caricia que duerme en mis manos

y vuela en tu cuerpo bajo el sol de abril.



Quédate conmigo, quédate a mi lado,

juguemos a amarnos cada noche así…

como si la vida fuese este pedazo

y al doblar la esquina…

el resto del mundo no estuviese ahí.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Amor



Amor.

Amor que vienes a buscarme, silencioso

y me invitas a perderme entre tus sombras.

Que trepas a lo alto de mis hombros

y te enredas en mi cuello como un tallo de amapolas.



Amor que escalas subterráneos corazones

y te paras a las puertas de mi boca

y te enciendes, cual luciérnaga en la noche,

tiritando entre las ramas que te rozan.



Amor que muerdes mi carne

con las perlas nacaradas de tu boca.

Amor que te escondes en las nubes de la tarde

para ver arder el cielo entre mis horas.



Amor de piel sin piel,

de vírgenes caricias que te nombran.

Amor de ser sin ser,

escondido entre las calles sin farolas.



Amor sigiloso,

que masturbas las heridas de mi prosa

y te haces luna azul

que transforma en poesía lo que toca.



Amor,

que caminas por debajo de mi piel,

arañando con tus pasos mi memoria.

Amor…ven ya ¡desclávame!

que no puedo amarte así y sentirme sola.

Amor… libérame ¡hazme tuya o déjame!

para que pueda naufragar a la deriva de mis olas.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Hasta ver morir el sol



A veces necesito acurrucarme,

dejar que el mundo caiga hasta mis pies.

Beber de los silencios de la tarde,

trepar hasta las nubes y volver.



A veces necesito desprenderme

de esta cosa que llamamos realidad.

Doblar el almanaque, hacer un puente,

que aprenda a caminar en soledad.



A veces necesito columpiarme

romperme en tu manera de mirar.

Dejar que me desnuden tus palabras

y en la sombra de tu voz, echar a andar.



No acabo de saberme en esta tregua,

no acabo de encontrar aquel lugar,

que un día dibujaron mis quimeras,

a orillas de un azul y hermoso mar.



A veces necesito que me empape

esa lágrima que aún guarda el corazón.

Llorarte, a veces, aún quiero llorarte,

y no… no quieras que te cuente la razón.



Y es que a veces se me rompen las pestañas,

de mirar en el espejo y no ser dos.

A veces son mis manos que te extrañan

y te buscan en el fondo de un cajón.



Por eso en ocasiones me disgrego,

difumino cada parte de mi yo.

Me hago aire en un pedacito de viento

y me acurruco hasta ver morir el sol.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Vagamos






Vagamos.

Llegamos desnudos con el alma en blanco.

Nos visten de ideas, de normas, de reglas,

transmutan el fondo, violan nuestra esencia.

Nos ponen correas, cerrojos y puertas,

no vaya a ser claro el azul de algún cielo

o un nido de ideas se nos cuele dentro…

Someten al blando, rebaños de ovejas,

pastores indignos de bocas pequeñas.



Vagamos.

Algunos vagamos una vida entera

buscando la esencia que al nacer nos dieran,

y miramos dentro, dentro de la tierra,

para hallar raíces de inocencia virgen

de vírgenes eras, donde el pensamiento… era

aún era.....

un rumor del agua, una cascada abierta,

contenido y continente de espiral concéntrica,

de infinitas variables

de una misma luz, en una misma senda.





Y en ese viaje de inquietas tertulias,

de búsquedas ciegas,

con el pecho abierto, mordiendo quimeras,

encontré tus ojos arribando mareas,

tus ojos, de encendida calma

tus ojos de tierra,

tu mirada fértil preñada de sedas

con brasas de vida y sus muertes pequeñas.



Si alguien preguntase ¿mereció la pena?

vagar por desiertos colmados de arena,

morder la tristeza clavada en las venas

y sentir como estalla la violenta queja

del hueso aterido que el hambre contempla…

¿Mereció la pena?

Si. Rotundo y escueto. Redondo y certero.

¡Mereció la pena!.



Después de mirarme en tus pupilas bellas

y hallarte en mis manos libando una estrella.

Después de ser río colmado en tu lengua,

torrente del brío de tu boca abierta.

Después de saberte en la tierna corteza

de tu cuerpo breve en mi extensa pradera.

Mereció la pena remover la tierra,

deshacer los mapas, quebrar las fronteras,

¡recoger mil plumas y volar quimeras!

¡navegar la lluvia!

por sentir tus ojos mirándome entera…

¡sí! mereció la pena.



Ahora mis cabellos

son de seda blanca

y ha fraguado el tiempo

sobre mi piel clara.



Tú te fuiste lejos

a buscar el alba

a jugar con las nubes,

una madrugada.



Pero te has quedado

junto a mis rincones,

en todas las sombras,

en todos los soles.



Aún llevo tus risas

vistiendo mis labios

cuando cae la tarde,

y el fuego del cielo

anuncia el ocaso.



Aún miran mis ojos

en tus ojos bravos

y una dulce lágrima

te besa en las manos.



Aún nace ternura

y se mece en mis brazos

tu caricia extensa,

tu rostro callado.



Mil veces he muerto

ahogada en el llanto,

por tenerte lejos,

¡por quererte tanto!

por llevarte dentro

¡cual puñal clavado!

Y mil veces más una

tú me has levantado.



Si. Mereció la pena vagar por la vida

hasta hallar la esencia del amor, robado,

en lo más profundo de aquella caricia…

aquella caricia que nos entregamos.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Déjame acariciarte el corazón




Déjame acariciarte el corazón, déjame.

Déjame desangrarme en tu dolor, déjame.

Déjame ser la brisa, el alba y la caricia

que devuelva a tu mirada su candor…



Déjame que te envuelva

entre pétalos de seda

y que invente para ti,

un nuevo color.

Déjame que te abrace

hasta donde el alma alcance

quiero ser lluvia que limpie

el corazón.



Déjame que te enseñe mi sabor… déjame.

Déjame ser susurro, labio y voz

Déjame que te acune entre las hojas resecas

y que haga de tus sombras mi rincón.



Déjame acariciarte el corazón…

que me duele cada llanto,

que tus ojos han llorado,

cada herida que tu carne

ha postrado bajo el sol.

Y me duele la tristeza

que atardece entre tus manos

y me duele que me duelas

¡más allá de la razón!

¡Déjame!

Quiero llevarte en mis labios,

tatuado entre mis venas

y sentir como te enredas

en esta nueva ilusión.



Déjame…¡déjame que te acaricie el corazón!

martes, 6 de diciembre de 2011

Noviembre frío






Noviembre frío.

Llueven tus ojos sobre mi cuerpo dormido,

y me gusta sentir

como despierta en tus manos

la piel de un latido.

Sentir

como se humedece el alma,

en la esquina de tu ombligo

Sentir

que entre tus dedos de escarcha

se despiertan los gemidos.

Sentir

como se para el tiempo

entre tu labio y el mío…



Me gusta saberte

enredado entre mis cosas,

desnudando los recuerdos

donde habita la memoria.

Me gusta saberte

navegando entre los hilos

que aprenden a tejerme

entregado, dulce y mío.

Saberte enamorado

mordisqueando un suspiro,

rozando con tu boca

el aire que respiro.



Noviembre frío.

Llueven tus ojos

sobre mi cuerpo tendido

y tu mirada de hombre

se hace piel ¡carne y delirio!

Y solo quiero ser hembra

en tu deseo encendido,

ser en ti fuego y hoguera

y lentamente… ¡hacerte mío!

Solo quiero navegarte

y hacer de tu boca ¡destino!



Noviembre frío.

Las calles siguen dormidas,

el mundo sigue camino.

El cielo cómplice amable

nos envuelve con su abrigo

Tu y yo somos la vida

buscando calma y cobijo.

Tu y yo somos caricia

en este noviembre frío.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Languideces



Languideces,

tras la húmeda cortina de mis párpados,

mientras vas descendiendo por el finísimo hilo

que deja una lágrima a su paso.



Ya no puedo verte, ni mirarte,

el dolor de esta herida me ha cegado,

mientras se cubren de velos las caricias

que se vistieron de luto entre mis manos.



Se entumece la noche en el hueco de mis labios,

ya no tengo palabras.. ya no…

y en mi boca de luna solo queda el silencio,

una lápida rosada con tu nombre enterrado.



Hace frío.

Has traído el invierno a latir en mi costado

y está lloviendo tristeza

sobre un corazón despoblado..

un desierto de quimeras,

una sima profunda que se adentra

hacia el vacio de un amor amputado.



Languideces.

Te haces humo entre mis manos.

Te has convertido en un rostro

desdibujado y extraño.

Ya no puedo verte, ni mirarte sin sentir…

que se me escapa el amor

por las rendijas de mis huesos cansados.



Languideces.

Te haces niebla espesa

sobre mi piel de alabastro

y ya no estás en mi… ya no,

ya no puedo sentir,

como tiembla mi vida

al caminar en tus pasos.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Hablo sola




Hablo sola (lo confieso)

y arquitecta de mi boca

voy diseñando en mi verbo,

con sus vocales redondas,

los pilares de unos versos

en alas de una gaviota.



Hablo sola. Si. Lo admito.

Tengo mi propio universo

con mares en los tejados,

nubes alfombrando el suelo,

paredes blancas de esparto

que me sirven de lienzo.



Las flores tienen violines

entre sus prístinos pétalos

y componen melodías

para mis oídos huérfanos.



La noche lame mi boca

con sus sabores azules

discurriendo entre mis cosas

con ese aroma agridulce.



Soy cisne y patita fea

sobre una lágrima blanca.

Soy sirena entre mareas,

Blancanieves sin manzana.

Soy la bruja con su escoba

y la hermanastra malvada.

Soy el cuento, el anticuento,

el silencio y la palabra.

Me acicalo en consonantes,

me maquillo con las pausas,

y entre las letras me pierdo

por debajo de mis faldas.



Hablo sola y no me importa,

decirlo aquí y en voz alta.

Tal vez sea extravagante

o una loca redomada,

pero a veces yo a mi misma

hasta me llevo la contraria.



Si me enfado, no me callo,

me debato entre dos bandas,

argumento, pienso y hablo

en mi charla solitaria.

Otras veces yo divago

solo divago en voz alta,

mientras voy pisando charcos

sobre las lunas moradas.



En mi universo no hay ropas,

anda desnuda mi alma,

no necesito caretas, ni costras,

ni esconderme de mis lágrimas.



Mi mano clava la daga,

Mi mano cura la herida

En mi mano nace el alba

y también se muere el día.



Hablo sola. Si. Es cierto,

con esta soledad tan mía,

donde me encuentro y me invento

donde soy… donde solo soy yo misma.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Tu silencio



He muerto.

Tantas veces he muerto en el silencio de tu boca.

Inexpugnable. Incomprensible. Insondable.

Inenarrable silencio vestido de sombras.

Porque tu voz era un hálito vida,

la medida necesaria para saberme contenida

y sin medida…

Tu voz,

eran susurros de mares alzados sobre mi pelo,

nenúfares navegando sobre una gota de cielo,

tu voz rota de gargantas suaves

eran huellas caminando entre mi pecho.

Tu voz era…

labio,

boca,

beso,

incendio,

fuego,

carne,

piel desnuda

cuerpo

¡incandescente deseo!

Y después silencio.



No soporto este silencio tan lleno de silencios.

Vacíos que se inundan de ti, de tus palabras,

de los colores que pintaban tus dedos

mientras la tarde dormía recostada en nuestro beso.

Y ahora el silencio…

He muerto tantas veces en el silencio de tu boca

que ya no sé…

ya no sé si has existido

o si eres solo la niebla

de un extraño delirio,

que busca encontrarte

entre naufragios ya extinguidos…

Tu voz…

tu voz se hizo silencio (sórdido y hueco)

rotundo, abisal ¡desértico y yermo!

Allí muero despacio

en ese silencio ¡tan lleno de silencio!

que mata mis paisajes y todos mis alientos.
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