A veces desaparezco.
Me exilio de mi misma
y traspaso las fronteras de mi cuerpo.
Es entonces cuando siento
que puedo ser..
ser más allá del lamento
que gime tras la brisa de lo incierto.
Puedo ser un águila
descendiendo por los valles sin sendero,
de bosques verdes, ocres y malvas
de sándalos, acacias y aromáticos almendros.
Puedo inventarme una nube
con perlas blancas entre sus dedos,
que se enredan con el mar y sus espumas
mientras bailan la tristeza de un bolero.
Puedo ser la tinta de un poema,
el latido de un amor escrito en verso
o ser la palabra callada, llena de letras
que en silencio murmuran algunos cuerdos.
Puedo ser el columpio de tu piel cansada
o ser la estrella que acuna tus sueños.
Puedo ser mil gotas del alba
que llueven en tus ojos bajo el cielo.
Quizá nunca sea capaz
de ser YO, entre los cuerdos,
pero es cierto,
amo el destierro del tiempo,
de lo lógico y lo certero.
Adoro ser un lienzo
sin la frontera del cuerpo,
sobrevolando la vida
en un pedazo de viento.