miércoles, 2 de octubre de 2013
Cansancio...
Me crecen soledades en los párpados.
No tengo ya miradas que soñar.
Se ausentan con la noche aquellos pájaros
que recuerdan los caminos hacia el mar.
Me crece la tristeza entre los labios.
y esta brújula, que aún no aprende a señalar.
Y yo, que soy tan solo un gran naufragio,
hago aguas en mi afán de navegar.
El alma se destiñe entre los charcos,
mi voz esta cosida con cristal.
Se arrastra entre mis pies aquel cansancio,
aquel, que no aprendí nunca a olvidar.
Me llama por mi nombre y me atraviesa.
Me astilla hasta que duele bombear.
Me absorbe, me succiona, me mastica…
ese cansancio del alma que un día, me enseñó lo que es llorar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay un cansancio en tu protagonista que dejas bien reflejado en esos versos maravillosos.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Si. Es ese cansancio de vida que mata lentamente. Gracias por estar aquí Rafael. Un abrazo de mañanas lluviosas.
EliminarMe gusta su ritmo y su musicalidad. Y me gustan sus palabras. Besos.
ResponderEliminarCreo que este es uno de esos poemas que llegan del tirón. Que ya está escrito y solo podemos abrirle la puerta para que salga, a bocajarro. Tal vez de ahí su ritmo. Gracias Marcos. Un beso grande.
EliminarÁngela pienso que no solo es cansancio .... es ausencía de una recompensa cercana.... que nos estimule a ver la vida con ilusión real.... yo cuido mi alma... con alguna sonrisa al amanecer... Poema muy rimado desde los sentimientos que te acechan...
ResponderEliminarTodos necesitamos encontrar la manera de cuidar nuestra "alma"... Gracias Rodin. Un abrazo
EliminarEspectacular colección de endecasílabos del desconsuelo, macerados en imágenes poderosas.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Me pusiste a contar sílabas... y es cierto, prevalece el endecasílabo, aunque no fue concebido para ello (salvo en mis escasos sonetos, nunca cuento las sílabas). Gracias Amando. Un abrazo
Eliminar