Yo que todo lo he sido en una gota de lluvia,
en un atardecer callado sobre el frío cristal,
mientras te acunaba en los confines de la luna
o en un pequeño nido donde poder reposar.
Yo que he sido tormenta en las noches de bruma,
un faro prendido en la oscuridad del mar.
Raiz en la tierra que la semilla surca,
agua en el desierto, tallo en el rosal.
Yo que fui la hojarasca en tus manos de tundra,
la corteza tallada en tu bosque de sal.
La mirada asombrada de esa caritura
que viajó hasta tus labios para hacerte soñar.
Yo ahora, me desando y me arranco la ternura,
desoígo las miradas que te quieren hallar,
no quiero las heridas y camino desnuda
sin esta piel que llueve sobre tus manos de cal.
Recuerdo que fui tuya… fui tuya ¡qué locura!
si apenas era mía…¿cómo me pude entregar?
Recuerdo que fui sombra encarcelada a tus días,
robándole a la vida ¡aire para respirar!
Y ahora yo me alojo en esta melancolía
y me declaro insolvente ¡no tengo amor que dar!
No tengo ya sonrisas entre mis manos vacías
donde se mueren las horas,al son de ese tic-tac.
El tiempo me golpea en la pared desteñida,
donde ayer aún te buscaba ¡aún te quería encontrar!
¡qué ciega la palabra! ¡que ciega la pupila!
si nunca has exisistido ¿cómo te pude amar?
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