Es, en esta noche tan mía,
en esta noche tan nuestra,
donde yo me reconozco
con esa, mi piel más auténtica,
donde se desnuda el alma
y quedan las puertas abiertas,
para acoger tu mirada
y contener sus tormentas,
para despojar la entraña
de los miedos que la pueblan,
mientras tiembla en la ventana
la umbría de una noche fresca.
Y es que se clavan mis ojos
al borde de tus mareas
y hay un naufragio de otoños
en esas pestañas tan negras
y mi piel roza el sonrojo
sobre tu camisa abierta
y se me llenan de asombro
las paredes y las puertas.
Tienen ganas de mimarte,
de sostener tu tristeza,
de caminar caminándote,
de ser el paso y la huella.
Ganas de beber la tarde,
de mecerte en mis caderas,
bajo esa luz que se abre
sobre un tejado de estrellas.
Quieren saber de tu carne,
de esa carne que despierta,
un deseo incontrolable,
una pasión hecha hoguera,
que va incendiando mi sangre
y se hace fuego entre mis venas.
Quieren sentir cómo naces
¡dentro de mi piel morena!
Tengo ganas de escucharte,
de oir como tu voz se enreda
sobre las horas que nacen
en ese reloj sin esfera.
Y quiero poder contarte,
poder saberte ¡sentirte cerca!
dejar que la lluvia me abrace
mientras la vida… me besa.
Me morí...
ResponderEliminar(resucito para desearte un buen finde, y dejarte dos besos)
Me morí de nuevo.
No te mueras, que es hermoso encontrar tus letras vivas... Lindo día Char... Besos
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