Mi piel te nombra,
si, te nombra,
en esos rincones del alba
donde la luz aún no asoma
y los nidos se duermen callados
tras el cristal de tu aroma.
Te nombra,
deshabitada y sola,
secuestrando la caricia desolada,
esa insensata caricia que aún no logra
recoger los pedazos que te añoran
y te buscan en la curva de mi espalda.
Te nombra a su tiempo,
te nombra a deshoras
te nombra sin verbos
¡te nombra, te nombra!
¡sin un ápice de lógica!
irremediablemente
¡te nombra!
y al nombrarte,
susurra cada letra
y acaricia tus vocales,
esas vocales redondas
donde se pierde la tarde
y divaga entre tus piernas
y navega entre tus sombras
y naufraga en tus caderas
donde la lumbre ¡ya arde!
Mi piel escribe tu nombre
cuando despierta la aurora,
cuando aparece la noche
meciéndose entre las rocas.
Mi piel escribe tu nombre,
con esta pasión que aflora
que me muerde hasta los bordes
de mis más íntimas horas.
Ven a buscar tu nombre,
¡está tatuado en mi boca!
Ven, que estoy esperándote,
mientras mi piel ¡te nombra!
Hola buenas noches, siento comunicarte que te están plagiando tus poemas.
ResponderEliminar