No quieras quererme, no
que mi ternura envenena,
obnubila la razón,
se hace caricia en las venas
y herida en el corazón.
No quieras quererme, no.
No quiero ser tu adicción,
que mi piel es una droga
y mi cuerpo es un ladrón
de esos ojos que me buscan
en una mirada de amor.
No quieras beber de mis aguas,
no has de probar su sabor,
que si mi lengua te roza
y despierta tu fervor,
no hallarás más, otra boca,
donde saciar tu pasión.
No quieras sentir mis manos
deshojando tu calor,
desnudando cada palmo
de tu cuerpo sin pudor.
No quieras sentir mi sexo
cual volcán en erupción,
embriagado, arrebatado,
hasta perder la razón.
No quieras derramarte en mi.
Ser parte de mi dolor,
que soy como una tormenta
en medio de un gran ciclón.
No quieras quererme, no,
que llueve en mi corazón
y hace ya tiempo, que el tiempo
se ha parado en mi reloj.
Hoy la niebla avanza lenta,
ha puesto rumbo al adiós.
Hoy quiero que olvides mis ojos
latiendo en tu corazón.
Hoy quiero que te despidas
de esos sueños sin color,
que pintes un nuevo lienzo
donde renazca tu amor.
Josuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
ResponderEliminarMi querida madrileña, creo que es imposible te deje de querer con esas letras, se te sale el fuego por las venas y el amor por los ojos...
Y a mi, se me sale todo el cariño inmenso que te tengo, amiga mía.