Cae la tierra lentamente bajo el peso de mis huellas,
que se arrastran, apenas, sin avanzar, apenas
en esta oscuridad que me derrota entera.
No estás y ahora
ya no puedo mirar las estrellas,
estas retinas cegadas de amor que no cesa,
se derrumban en los ojos que no encuentran
y te lloran,
con lágrimas calladas, de inmensidad perpetua,
que se encadenan al alma y quedan presas,
te añoran,
porque has sido tú el andante de mis noches inciertas
amante fiel de esta vida rota bajo la inerte esencia
que de ti, aflora.
¿Cómo respirar ahora? Si eras tú el aire susurrando en la alborada
que impregnaba cada pliegue de mi cuerpo con su aliento
y mi aliento, cual caricia, te mecía entre estos labios que te aman.
Como respirar, ahora,
sabiéndote marchito entre mis dedos,
estos, que mil veces en tu cuerpo se rompieron
para crearte una y otra y otra vez, de nuevo,
en cada línea, en cada hueco, en cada arruga, en cada beso,
que te adora,
Mil veces fui tuya en el silencio de las lunas sonrojadas.
Mil veces fuiste mío con el fuego en las entrañas deshojadas.
Mil veces se abrieron en su inmensidad las aguas, destilando amor en cada palabra, en cada gota de mar, de lluvia, de viento,
sin importar la espera, sin importar el tiempo, sin importarnos nada, tu y yo, éramos el mundo entero.
mil veces… colgado en la esquina de mis labios resbaló hasta tus labios un te amo
mil veces… susurrante entre tus manos me entregaste tu regalo: Aguamarina, ¡Cuánto te amo!.
Y ahora
Ahora que no estás
navego a la deriva en oleajes que me arrastran,
que me expulsan de mi misma,
y solo quiero dejarme vencer por la locura
y ser por última vez,
delirio entre tus brazos que me acunan.
Por favor, que cosas mas bellas que escribis. Yo perdi un amor muy jovencita y en todo tu blog me siento identificada. Mis viejos dolores... compañeros de vida, se colocan con comodidad entre tus palabras y me adueño de tu poesia que me permite seguir gritando en silencio tanto dolor. Te felicito por tanto don, si es que se dice asi. Fabiana
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