Recorrí despacio la tez de tu rostro
como si fuese aquella la última vez
y mis ojos buscaron tus ojos
avivando el fuego, aún por arder.
Sumergí mis manos, indagué tu cuerpo
tallando en mis dedos pedazos de ti,
dibujé caricias amarrada a tu pecho,
reclamando el aliento de tu boca al gemir.
Y la avidez estalló entre mis labios,
bebí de tu lengua hasta saciar mi sed
y mi piel si hizo piel en tus manos,
extensa pradera ¡cuerpo de mujer!
Y fui tuya en la impronta del beso
como si fuese aquella la última vez,
y la entraña tembló de deseo,
rompiendo mi cuerpo contra tu hermosa piel.
Fuimos uno. Un solo gemido,
un solo latido, una misma piel.
Y el lecho en cómplice delirio,
nos dio su cobijo hasta el amanecer.
El alba vestida de lluvia
desnudó la ternura y nos vio renacer,
poco importa si el amor no se cura,
y nos entregamos siempre
como si fuese aquella….¡la última vez!
Preciosas palabras, me han regalado bellos recuerdos.
ResponderEliminarMe alegro de que mis letras hayan sido trampolín para tus recuerdos. Gracias por estar en mi rincón. Te dejo un abrazo y te deseo un lindo día.
ResponderEliminarQue sea siempre como si fuera la ultima vez. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
(Coincido con Dante).
ResponderEliminarMe encantó el paso a paso de tu poesia, la descripcion que da lugar al 'armado' de escenario en la mente je..Y apropiada la foto, el vestido de la dama y los brazos fuertes del moreno.
Un abrazote, mi amiga, la veradd es que siempre vengo esperando que hayas escrito sobre amor :D
Y yo también coincido madrileña, que siempre sea como si fuera la última vez y amanecer de esta manera al alba, aysss.
ResponderEliminarBesitos